Tal y como dijo el presidente Rodríguez Zapatero en su discurso de investidura, la innovación tecnológica y el desarrollo económico que vive España han de ser paralelos a la cohesión social, al uso sostenible de los recursos naturales y a la reducción de la contaminación.
La nueva política del agua del Ministerio de Medio Ambiente se basa en el desarrollo sostenible y en la implementación de aquellas infraestructuras que lo propicien. El Programa AGUA (Actuaciones para la Gestión y Utilización del Agua), eje de la política hidrológica de este ministerio, marca unos objetivos muy claros respecto al cuidado del agua para garantizar el ahorro y la eficiencia en su uso, la disponibilidad y la calidad del suministro, y la preservación y restauración de sus ecosistemas asociados.
El Plan Hidrológico Nacional (PHN) del Gobierno Aznar incluía una adaptación insuficiente de la Directiva Marco del Agua (DMA) y se alejaba de manera evidente de las exigencias europeas e internacionales, como ponen de manifiesto los informes negativos de la Comisión Europea al trasvase del Ebro y el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que señalaba las carencias del PHN en cuanto a racionalidad económica y sostenibilidad ambiental e instaba a una profunda modificación del mismo.
El preceptivo informe de seguimiento del PHN de noviembre de 2005 -se hace cada cuatro años- manifestó que la inversión comprometida para el periodo 2001-2008 cubría apenas una tercera parte de lo planificado y que el grado de ejecución en el periodo 2001-2003 apenas fue del 15% de lo presupuestado.
El actual Gobierno, a través del Programa AGUA, está llevando a cabo antes de la ejecución de las obras ‘de interés general del Estado’ previstas en el PHN una evaluación económica, técnica, social y ambiental y un estudio de recuperación de costes. En muchos casos se ha considerado necesario modificar y reorientar algunas inversiones. Pero ello nunca ha supuesto una paralización de la inversión en política del agua. Al contrario, el Ministerio de Medio Ambiente ha incrementado la inversión respecto a la anterior legislatura, pasando de 1.065 millones de euros en 2000 a 1.850 millones previstos en 2006.
La licitación en 2006 se situó en 3.660 millones de euros, casi tres veces más que la cifra media del periodo 2000-2004, como consecuencia de las actuaciones del AGUA en las cuencas mediterráneas y por el impulso de las obras contempladas en el PHN, las adjudicaciones en 2006 alcanzaron los 2.500 millones, un 50% más respecto a ese mismo periodo. Las previsiones para 2007 mantienen un alto nivel de licitación y la inversión ejecutada rondará los 3.000 millones. Las comunidades más beneficiadas serán la Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha, que alcanzarán cifras superiores al doble de lo ejecutado en 2000-2003.
Como revelan estas cifras, el Programa AGUA no ha propiciado un retraimiento inversor, sino un relanzamiento de la inversión en infraestructuras hidráulicas y un cambio de orientación hacia obras eficaces, eficientes y ambientalmente sostenibles.
Las grandes obras hidráulicas hechas en el pasado cumplieron su servicio en un momento histórico diferente, en el que el desarrollo se basaba en el almacenamiento de agua superficial para el riego de grandes extensiones de cultivo y en la canalización para que los españoles ‘no pasaran hambre’ porque era una sociedad con fuertes carencias socioeconómicas. Ahora estas obras desempeñan otras funciones: ahorro de agua, prevención de inundaciones, abastecimiento urbano, etcétera. Por ello, este ministerio desea mejorar el patrimonio hidráulico, para lo que ha hecho un inventario de presas y se incorporará a la Ley de Aguas el reglamento de Seguridad de Presas y Embalses.
Las infraestructuras que promueve el AGUA, basadas en el desarrollo sostenible, van dirigidas a la modernización de regadíos (Plan de Choque 2006-2007), a la creación de nuevas estaciones de depuración y reutilización de aguas, a nuevas captaciones, a prevención de avenidas y a desalinización. Siempre bajo el parámetro del diálogo, el consenso y el respeto al medio ambiente.
Los recursos de agua adicionales que aportarán estas obras cada año se estiman en 231 hm3 por optimización de infraestructuras de regulación, almacenamiento y distribución; 137 hm3 por la reutilización de las aguas depuradas (exigidas a todos municipios costeros) con la incorporación de tratamientos terciarios y la potenciación de redes separativas; 74 hm3 por nuevas captaciones, y 621 hm3 año por desalinización.
La desalinización será la principal fuente generadora de agua en el futuro y ya lo es en el presente en determinadas zonas de España como Canarias. Tengamos en cuenta que el agua de mar supone el 97% del agua del mundo y que la sequía que padecemos desde hace tres años no es algo excepcional, pues el cambio climático está propiciando su aumento en la frecuencia y en la severidad.
Hay que estar preparados para ello. Desde el Ministerio de Medio Ambiente estamos tomando medidas eficaces, duraderas y responsables y apostamos por la inversión sostenible. No podemos hipotecar el desarrollo de nuestro país con una política hidráulica basada en la improvisación o en el electoralismo.
Jaime Palop. Director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente