El Consell ha ganado la batalla del agua en la opinión pública valenciana. Los defensores del trasvase del Ebro, derogado por el Ejecutivo que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero, son cada vez más, según el sondeo que la empresa Grup Marest ha elaborado para Levante-EMV . Un 56,3% de los encuestados cree que el remedio a la escasez de agua que sufre la Comunitat Valenciana es trasvasar el agua desde el río Ebro, como reclama insistentemente el Ejecutivo que preside Francisco Camps. Este porcentaje es incluso mayor que el registrado en el sondeo de Grup Marest del pasado mes de enero. Entonces un 51,3% de los ciudadanos ya ha apostaba por esta infraestructura frente a otras soluciones.
El incremento de cuatro puntos en apenas tres meses puede tener un clara explicación si se atiende a las fechas en que se realizaron las entrevistas personales; en la semana del 28 de abril al 5 de mayo. En aquel momento, todas las televisiones llevaron a los hogares de los valencianos las imágenes del Ebro desbordándose como consecuencia de las fuertes lluvias que cayeron en Aragón. Esta circunstancia fue aprovechada por los populares valencianos para intensificar sus críticas al Ejecutivo central por paralizar el trasvase y ahondar en su argumento de que el Ebro tiene agua de sobra para donar a la Comunitat.
El agua preocupa poco
Aunque el problema del agua preocupa más bien poco a los valencianos (sólo el 6% lo considera una preocupación), el discurso del Consell de defensa del Plan Hidrológico Nacional (PHN) ha calado hondo. No solo la postura popular gana apoyos, sino que disminuye el porcentaje de valencianos que confía en la alternativa al problema hídrico que se defiende desde el Ministerio de Medio Ambiente. Así, solamente un 34% remediaría la escasez de agua mediante las desalinizadoras y los medios de ahorro que propone el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En el sondeo de enero, la política hídrica de los socialistas contaba con algo más de respaldo; un 37,5%.
La fuga de apoyos a la política hídrica del Ejecutivo central en la Comunitat Valenciana coincide además con la polémica desatada por la construcción de la desaladora de Torrevieja. El Consell, que aduce motivos medioambientales, ha acudido incluso a los tribunales para tratar de paralizar una obra que el Ministerio de Medio Ambiente, que dirige Cristina Narbona, considera prioritaria para paliar el déficit hídrico.
Baja el porcentaje de indecisos
Por otro lado, el colectivo de indecisos también ha disminuido. Mientras que hace tres meses un 11,2% rehusaba pronunciarse sobre el problema del agua, hoy el porcentaje de no sabe no contesta baja al 9,3%.
Como ya ocurrió en el sondeo del pasado mes de enero, en Alicante, la provincia que más está padeciendo la falta de recursos hídricos, es donde se concentra mayor número de defensores del trasvase.
Casi un 59% está con el Consell frente a un 33,3% que prefiere una política de agua que no pivote sólo en la obra pública. Con todo, los menos entusiastas con las propuestas del Gobierno se concentran en Valencia. Sólo un 31% cree que iniciativas como el programa Agua pueden solucionar las privaciones hídricas.
Los ciudadanos de Castelló son los únicos que no se han decantado de forma tan clara a favor del Consell en la batalla del agua. Los defensores del trasvase bajan a un 47,3% y prácticamente empatan con los que confían en las políticas de Madrid (un 46,3%). En la anterior encuesta del pasado mes de enero, el porcentaje que apoyaba las medidas del Ejecutivo central ascendía al 48,7%, mientras que los defendían el trasvase no llegaban al 42%.