El presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Juan José Moragues, trasladó ayer a los miembros de la comisión permanente de la sequía, entre los que se encuentran los representantes de los principales sistemas de regadío valenciano, que gracias a las últimas lluvias, el anunciado recorte de suministro de aguas superficiales -un 40% respecto a los ya reducidos suministros de 2005- serán finalmente del 25%, con posibilidad de recortar todavía más esta cifra si la situación, como se espera, evoluciona favorablemente en los próximos días.
Moragues admitió ayer la importancia de las últimas precipitaciones y resumió el alcance de las mismas desvelando que el sistema Turia, hasta hace poco en situación de emergencia, había abandonado este estatus que queda reducido de momento, al Júcar.
Las aportaciones del río valenciano han permitido almacenar 297 hm3, todavía por debajo de los 313 del año pasado. Sin embargo mientras en marzo las aportaciones naturales a Loriguilla ocupaban el 4º lugar en la serie histórica, un mes después es la novena peor y con tendencia a mejorar.
En cualquier caso Moragues recordó que el déficit de aguas superficiales, si se confirma finalmente -cree que la situación puede evolucionar más favorablemente en los próximos días-, puede ser cubierto con aguas subterráneas, para las que se ha autorizado un límite de 85 hm3 frente a los 38,73 hm3 del pasado año. No obstante, Moragues aclaró que se trata de el valor «máximo» asumible , gracias a la recuperación de los acuíferos y a las posibilidades que ofrecen los pozos abiertos, pero que finalmente podrían no ser necesarios.
Vertidos en el Turia
Juan José Moragues, inscribió dentro de la «normalidad» que el abastecimiento a Valencia tome ya 3 metros cúbicos por segundo del Júcar (más calidad) y uno del Turia cuando a lo largo del último año la proporción ha sido prácticamente al contrario. Sin embargo, el edil del Ayuntamiento de Valencia, Ramón Isidro ha anunciado un expediente a la CHJ por la paralización de la planta de Manises debido a la mala calidad del agua.
Moragues lamentó la existencia en el Ayuntamiento de Valencia de «dos planos: el del trabajo diario y el de la acción política».En el primero existe un programa de vigilancia e investigación en el que las instituciones colaboran para localizar los «vertidos clandestinos» de amonio al Turia, detectados por primera vez en 1999, con 9 episodios en 2004, 9 en 2005, 7 en 2006 y uno en 2007 que paralizó la potabilizadora de Manises durante 5 horas.
«Se han instalado medidores de calidad en continuo y cada vez que se detecta un vertido en el Turia se manda más caudal desde Tous para evitar que el abastecimiento no se resienta. Además ningún Gobierno había invertido como éste 15 millones de euros para hacer más robusto el abastecimiento de Valencia.Sin embargo hay quien prefiere -en alusión al edil-responder a esta realidad anunciando un expediente que no nos comunica y lo que es más preocupante, poniéndose la venda antes de que se produzca la improbable herida de un desabastecimiento de Valencia».