El Gobierno regional se mostró “moderadamente satisfecho” con la reunión mantenida entre la vicepresidenta primera del Gobierno, Maria Teresa Fernández de la Vega, las ministras de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y Agricultura, Elena Espinosa, con los miembros del Comité de Crisis de la sequía de la cuenca del Segura.
El consejero de Agricultura y Agua de la Comunidad, Antonio Cerdá, aseguró, tras conocer el resultado de dicha reunión en la que el Gobierno central ha autorizado un riego de socorro de 20 hm3 a la cuenca del Segura, que “cualquier gota de agua es siempre bienvenida en Murcia, porque padecemos un déficit estructural”, aunque, resaltó, “los murcianos no debemos sufrir el Síndrome de Estocolmo porque llevamos toda la Legislatura con el agua secuestrada, y cualquier chorrico nos parece como venido del cielo”. “Cuando traen agua a Murcia cumplen con la obligación”, apostilló.
“Un riego de socorro de 20 hm3 no es la solución”, resaltó el consejero, “pero sí es un alivio para terminar el año hidrológico”, dijo y agradeció, la “comprensión y la sensibilidad de la vicepresidenta de la Vega con los regantes murcianos por entender la necesidad de un riego de socorro teniendo en cuenta que hay excedentes de sobra en los embalses de cabecera”.
El consejero murciano aseguró que “a pesar de las declaraciones de Narbona que pronosticaban lo peor el pasado lunes, la vicepresidenta ha entendido el mensaje y la necesidad de atender la demanda de la agricultura más moderna y competitiva de Europa”.
“Si hubiera sido por la ministra Narbona los regantes hubieran vuelto de la Moncloa más secos que nunca”, dijo el consejero sobre las últimas manifestaciones públicas de la responsable de Medio Ambiente negando cualquier riego de socorro antes de octubre.
Menos ambigüedad y mayor contundencia con el Estatuto
Cerdá pidió a la vicepresidenta De la Vega que “aproveche la inercia de esta reunión y saque a la cuenca del Segura de la UVI, elimine la política de parches y realice una operación de verdad para corregir el déficit estructural de agua que padecemos”.
El consejero aseguró que “este tipo de decisiones debería tener continuidad en el tiempo”, para que “los agricultores murcianos abandonen la incertidumbre y la inseguridad en la que están sometidos y puedan programar sus plantaciones, sus cultivos y su actividad durante todo el año”, por lo que demandó a la vicepresidenta que “coja las riendas de la política hidrológica”, una política que dijo “debería ser de Estado, porque el agua es un recurso que debería ser compartido por todos los españoles”.
Con respecto a la reforma de Estatuto de Castilla-La Mancha, el consejero murciano pidió al Gobierno central “menos ambigüedad y mayor contundencia con el futuro del acueducto”, y aseguró “que más que las palabras y las buenas intenciones los murcianos creemos en la política de los hechos”. “Por desgracia los hechos durante esta legislatura han sido derogar el trasvase del Ebro, reducir las aportaciones del Tajo-Segura y crear una inseguridad total respecto al futuro de esta infraestructura”, concluyó.