El presidente de la Comunitat Valenciana, Francisco Camps, y su homólogo en la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, se reunieron ayer en Alicante en la denominada Cumbre bilateral, para hacer de sus reivindicaciones en cuatro materias fundamentales: agua, infraestructuras, seguridad y financiación, «una nueva idea de España» donde todas las autonomías salgan beneficiadas por igual.
El presidente Camps fue el primero en dar cuenta de las conclusiones extraídas de la reunión con su compañero de partido y amigo, Valcárcel, con el que dijo «vuelvo con las mismas reivindicaciones que hace cuatro años». Camps diferenció en todo momento la posición de «convergencia» adoptada por las dos Comunidades para exigir la cobertura de unas «necesidades básicas» como son los cuatro temas tratados, de la postura de «divergencia e incertidumbre» que enarbola el Gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.
Cuatro grandes áreas
Respecto al problema del agua, «el mayor para ambas Comunidades», el presidente del Gobierno valenciano responsabilizó al Ejecutivo socialista de haber creado una «situación de incertidumbre» en la política hídrica nacional, gracias a la cual, por muchas inversiones hechas desde la Comunitat Valenciana para modernización, ahorro y reutilización de los recursos, «el excedente del río Ebro se sigue tirando al mar». Recordó que el trasvase del Ebro fue derogado con la llegada de Zapatero a La Moncloa mediante un decreto que acompañó de «vanas promesas de más y mejor agua, y de un modo más económico». A pesar de esas expectativas creadas, «a la Comunitat y a Murcia no ha llegado ni un hectómetro cúbico de agua procedente de algún proyecto socialista».
En el turno de la financiación, Camps reiteró el «espectacular» crecimiento experimentado por la Comunitat Valenciana en los últimos años y recordó que «hay un millón de valencianos más, que no constan de cara a la partida presupuestaria territorial» y por los que la Comunitat ha dejado de percibir 1.600 millones de euros; la Región de Murcia 567. En este sentido, el presidente insistió en la idea de que, a pesar del déficit de financiación que sufre la Comunitat Valenciana, su Gobierno ha garantizado los servicios sanitarios y educativos a decenas de miles de personas que trabajan, viven o la visitan. En cuanto a la seguridad y a las infraestructuras, Camps abogó por la posibilidad de que el Gobierno de Zapatero concierte la inversión de los cuarteles de Policía Nacional y Guardia Civil, y apostó por la integración de la Policía Nacional en el sistema de emergencias del 112. En el caso de las infraestructuras, destacó el «gran esfuerzo» hecho por la Región de Murcia y por la Comunitat Valenciana para vertebrar su territorios y aprovechó la cumbre bilateral para reivindicar la alta velocidad para pasajeros y mercancías, y la creación de Corredor Mediterráneo y su conexión con el centro de España.
En su turno, el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel lamentó la temática de la Cumbre con Camps, porque «hablar de agua, financiación, infraestructuras y seguridad es grave síntoma de que existen carencias en estas necesidades».
Con un tono más moderado que el del presidente Camps- que puso más énfasis en sus reivindicaciones- se centró en la política hídrica como eje central de su exposición ante los medios y arremetió contra Zapatero y su programa AGUA, del que dijo «ha supuesto un fracaso porque no ha sido capaz de dar respuesta a los problemas de recursos de los que adolecen las dos Comunidades». De Zapatero, Valcárcel destacó el hecho de que se aferrara a la idea de «acabar» con el Plan Hidrológico Nacional (PHN) pese a la negativa generalizada de políticos y expertos en la materia. Incidió en que el programa AGUA «no ha traído recursos hídricos pero sí incertidumbre, inseguridad y enfrentamiento entre Comunidades Autónomas». Arropó a Camps en su demanda del trasvase del Ebro, añadió el Júcar -Vinalopó y el mantenimiento del Tajo-Segura, y espetó que «el Ebro es un río español y los murcianos y los valencianos somos España, no Lituania» .
Ambos presidentes coincidieron en que sus demandas no se basan en «caprichos ni privilegios» sino en necesidades básicas para sus ciudadanos «de justicia y que nos pertenecen». Finalmente, Camps y Valcárcel aununciaron que el programa electoral del PP nacional también incluirá estas cuatro reivindicaciones.