La Mancomunidad de los Canales del Taibilla, organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, presidido por Cristina Narbona, explicó ayer que el agua desalinizada que se arrojó a las conducciones de riego del Campo de Cartagena «no supuso ningún despilfarro», sino que fue utilizada para los regadíos de la zona.
El delegado del Gobierno en este organismo, Isidoro Carrillo, señaló que entre 300.000 y 400.000 metros cúbicos producidos en la planta de San Pedro I fueron a estos canales del postrasvase Tajo-Segura porque en ese momento no había suficiente capacidad de dilución del boro que contenía ese agua desalinizada.
Isidoro Carrillo subrayó que ese aporte le vino bien a la agricultura de la zona, dada la escasez de recursos hídricos que sufre el campo.
Carrillo añadió que los problemas de boro se ciñen a las dos primeras plantas desalinizadoras de San Pedro del Pinatar y Alicante, y que sólo se presenta durante los meses de verano. Precisó que ese agua es apta para el consumo una vez que se mezcla con caudales del Tajo en los depósitos y canales, lo cual hace que se rebaje la concentración de boro.
Membranas más eficaces
El responsable de la Mancomunidad de Canales del Taibilla considera que este problema desaparecerá con las nuevas desalinizadoras, ya que están provistas de membranas de última generación que son más eficaces para retener el boro del agua de mar.
Como se recordará, la concentración de boro del agua de mar desalinizada supera los niveles autorizados por la ley en la cuenca del Segura. En concreto por un real decreto de febrero del año 2003, que establecía como límite una parte por millón (1 miligramo por litro).
En las dos primeras plantas de San Pedro y Alicante, la concentración alcanza 1,1 y 1,2, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente, lo que obliga a mezclar el agua desalinizada con caudales continentales. En la segunda planta de San Pedro, la más moderna, el nivel roza 1 miligramo. Para los regadíos, el máximo autorizado por la ley es de 0,5 miligramos.
El consejero murciano de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, considera que los niveles de boro son mayores a los que reconoce el Ministerio de Medio Ambiente. Una de las opciones que barajan los técnicos consiste en establecer un doble sistema de ósmosis para reducir el nivel de concentración de este elemento químico en el agua.