El precio final del agua que paga el usuario deberá ajustarse al máximo a su coste real en toda la UE. Esta es una de las ideas centrales de una comunicación de la Comisión Europea presentada ayer en Bruselas para hacer frente a las sequías cada vez más frecuentes a intensas en todo el continente.
La adopción de una política estricta en materia tarifaria tendría un fuerte impacto en los países donde obtener el metro cúbico de agua sale más caro. Entre ellos, los del frente mediterráneo de la UE, España incluida y, dentro de España, la zona Sudeste, donde se encuentran dos cuencas hidrográficas en peor situación, las del Júcar y la del Segura.
La medida, no obstante, también tendría una consecuencia positiva para Castilla-La Mancha: si los regantes del Trasvase Tajo-Segura pagasen el coste real del agua que les llega desde Entrepeñas y Buendía, su uso dejaría de ser rentable para muchos de ellos.
PARA 2008. No obstante, no conviene olvidar que estamos hablando de una propuesta de la Comisión Europea que, en el mejor de los casos, debería entrar en vigor para 2008, suponiendo que se cumplan todos los plazos y que tanto el Consejo como el Parlamento Europeo -que tiene plenas competencias en medio ambiente- den su visto bueno.
Aún así, el primer punto de esta propuesta de la Comisión a la hora de desarrollar una política europea en materia de aguas es «poner la correcta etiqueta de precio al agua» promoviendo activamente «el uso de instrumentos basados en el mercado» en un «contexto medioambiental».
Para conseguirlo, se plantean varias medidas y, de ellas, la primera sería «poner en vigor tarifas del agua basadas en un cálculo económico de los usos y del valor del agua, con incentivos adecuados a su uso eficiente y a una adecuada contribución de los diferentes usos del agua a la recuperación del coste de sus servicios, de acuerdo con lo establecido en la Directiva Marco del Agua».
Este párrafo, entresacado literalmente de la comunicación presentada ayer por la Comisión, alude al principio de recuperación integral de los costes del agua, según se establece en la Directiva Marco del Agua (Directiva 2000/60/EC).
Para hacerse una idea del impacto de la aplicación de este principio, señalar que, según datos del Instituto Nacional de Estadística, el valor medio del agua en España es de 0,96 euros/metro cúbico. Sin embargo, el precio medio que se paga por el agua en nuestro país es de 0’66 euros/metro cúbico, esto es, hay una diferencia del 37,5 por ciento.
EFICIENCIA. En el caso concreto del agua para regadío, la diferencia es aún mayor. Según datos aportados por la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) y citados por el Círculo de Empresarios (El Agua en España: Un Mayor Énfasis en la Política de la Demanda. Madrid, junio 2007), el precio del agua para regadío oscila entre los 0,03 euros/metro cúbico y los 0,24 euros/metro cúbico.
No obstante, hay que hacer dos importantes salvedades. La primera, que la ciudad de Albacete es una de las capitales de provincia donde el precio del agua se aproxima más al coste medio nacional (0,94 euros/metro cúbico, según la Unión de Consumidores-UCE).
La segunda, que los regantes de la Mancha Oriental son una ‘rara avis’ en España ya que, al depender en buena medida de sondeos individuales, el precio que pagan por el agua se aproxima bastante al coste real, ya que pagan sobre todo por la energía que gastan al bombear del acuífero.
Sin embargo, los regantes del Tajo-Segura pagan tarifas establecidas por el estado que, conforme a lo pretendido por la UE, dejarían de existir.