El vicepresidente del Gobierno regional castellano-manchego, Fernando Lamata, dijo ayer que la situación que atraviesan los pantanos de la cabecera del Tajo es «crítica», por lo que exigió «máxima prudencia» en la gestión del agua al Gobierno central. Una postura que el Ejecutivo de Castilla-La Mancha viene defendiendo cada vez que se conocen los datos de agua embalsada y la pérdida de ésta en los pantanos de la cabecera del Tajo.
Tras difundirse los nuevos datos que plantean que la reserva en los embalses de Entrepeñas y Buendía disminuyó en 17 hectómetros cúbicos en la última semana y quedó en 391 hectómetros cúbicos, el 15,80% de su capacidad total de 2.474 hectómetros cúbicos, el vicepresidente primero profundizó en la defensa del agua.
Según informó la Junta, Lamata insistió en la necesidad de mantener una reserva de seguridad de abastecimiento, mejorar el caudal ecológico del Tajo en toda su cuenca y tener una mayor dotación que dé respuesta a la demanda futura de agua de toda la región.
Así, el vicepresidente primero del Ejecutivo castellano-manchego abogó por generar nuevos recursos hídricos, así como por una política más eficiente en Castilla-La Mancha, pero también «en otros lugares».
Alternativas
Así, instó a los gobiernos de la Comunidad Valencia y de Murcia a que pongan en marcha las alternativas necesarias para abastecer sus necesidades, porque el trasvase Tajo-Segura -dijo- «no tiene futuro».
El vicepresidente primero de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha recordó que todavía hay tiempo para construir las desalinizadoras necesarias para sustituir la dotación de agua que llega del trasvase.