Muchos regantes valencianos disponen este año de unas dotaciones de agua iguales o inferiores a las normales, todo ello como consecuencia de la sequía que nos afecta, y mucho, aunque parezca lo contrario. Sin embargo, a pesar de tener menos agua con la que regar los cultivos, les sube el precio de los recibos en lugar de bajar.
Los regantes del Canal Principal del Camp de Túria han dado la voz de alarma ante un hecho que puede pasar desapercibido a fuerza de los palos que recibe diariamente un agricultor, pero que resulta grave para la maltrecha economía agraria. De este modo, y través de nuestra organización, hemos solicitado al Ministerio de Medio Ambiente la exención de algunas de las tasas relativas a la disponibilidad de agua para los titulares de explotaciones agrarias de regadío.
En este sentido, se ha remitido un escrito a la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, donde se le pide que se sensibilice con este tema y apruebe un decreto con algunas exenciones en los pagos de tasas y cánones por utilización del agua a causa de las menores dotaciones de agua que han podido utilizar los regantes valencianos.
Consideramos que si los regantes de muchas zonas de la Comunitat Valenciana han tenido unas dotaciones de agua durante esta campaña de riego idénticas o inferiores a lo que es normal, también sería lógico que las tasas o cánones que se les aplica en los recibos sean también inferiores a las que se deberán pagar cuando lleguen los mismos allá por el mes de noviembre, concretamente en la zona del Camp de Túria podría elevarse el precio por metro cúbico el doble del año anterior. No puede ser que cuanto más se recorta el agua para riego más se deba pagar, eso no es justo.
Y si hablamos de recortes, a la fuerza nos debemos referir al importante descenso previsto en el aforo de cosecha de cítricos. Un 25% menos de producción es tan significativo como que es la tercera bajada más relevante desde que existen estadísticas oficiales, tras la 96-97 o la más reciente 2005-2006 por las devastadoras heladas.
Con un millón menos de toneladas para comercializar no cabe otra cosa más que pedir al conjunto del sector grandes dosis de prudencia y profesionalidad. Intercitrus debe ser el foro donde lograr compromisos firmes para que no se comercialice ningún cítrico que no tenga un precio fijado desde el campo y que cubra, al menos, los costes de producción. O la interprofesional es capaz ahora de exterminar la práctica perversa de adquirir nuestra producción sin coste alguno para el comercializador o no lo hará nunca.
Para lograr una correcta evolución de la campaña hay que recolectar las variedades en el momento óptimo (cuidado con las prisas) o efectuar los envíos luego de forma escalonada sin saturar los mercados. Cuatro desaprensivos no pueden torcer el signo de la campaña ni tampoco pueden arruinarnos sin precio. Los agricultores debemos mantenernos firmes a la hora de negociar un precio más alto que el de anteriores campañas, pues todos tenemos derecho a ganar y no que siempre lo hagan los mismos.