El año hidrológico 2006-2007 está a punto de terminar y llega el momento de hacer balance, especialmente en la mayor ciudad a orillas del río Júcar, Albacete. Un balance que es positivo, a pesar de las dificultades del tercer año consecutivo de sequía.
El concejal responsable del abastecimiento y del ciclo del agua en la ciudad, Ramón Sotos, señalaba que este año, la capital manchega ha sabido ceñirse e incluso quedar un poco por debajo de los 15 hectómetros cúbicos anuales que se asignan para las necesidades de sus casi 170.000 habitantes.
En estos cambios, indicó Sotos, se ha dejado notar «un gran cambio en la forma de gestionar la sequía, especialmente la política de desembalses» que beneficiaba, históricamente, a Valencia.
El concejal recordó que, hasta fechas bien recientes, la ciudad de Valencia se abastecía sólo del Júcar, cuando debe hacerlo a la vez de Júcar y Turia. Esto «hipotecaba» cerca de 100 hectómetros del Júcar que ahora se han «liberado» para el resto de la cuenca.
«Por otra parte, ha habido un notable cambio en la política de desembalses», señaló, «de forma que se respeta un caudal ecológico mínimo y no se descarga toda el agua en primavera para que se fuese a Tous».
De esta manera, Albacete ha podido ir dejando de usar los pozos aunque este año, por motivos relacionados con la sequía, se mantuvieron operativos tres pozos que al final, para garantizar la calidad del agua, se quedaron en sólo uno «cosa que hicimos por echarle una mano a los regantes, una mano de seis hectómetros cúbicos que nos costó unas cuantas críticas, aunque lo volveríamos a hacer».