El presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguado, destacó ayer a LAS PROVINCIAS que las cosechas de hortalizas se pueden dar por perdidas, así como lo que queda aún por recoger en los arrozales de las zonas de la Albufera que se encuentran situados a las puertas de Valencia.
Las lluvias ha tenido otras consecuencias negativas sobre el campo valenciano. Los viñedos del Alto Turia también registrarán pérdidas ya que en esta época se estaba procediendo a recoger la cosecha de la presente temporada.
Según Aguado, “las lluvias pueden salir caras al campo sino cambia pronto el tiempo”. Se refirió, en concretó, a los naranjos.
Explicó que la cantidad de agua que ha caído puede provocar “la asfixia de los árboles, el ataque de hongos y la naranja se aguará”.
Aunque destacó que si el tiempo cambia y se mantiene el sol y el viento “los campos se podrán secar pronto y ello ayudará a que la naranja aumente de tamaño.
“Todo está pendiente de la evolución del cielo en los próximos días”.
Pero aunque estos sean los efectos más directos de las intensas lluvias de estos dos últimos días, no son los únicos.
Arrastres de tierras, embalses de campos y márgenes de piedra derruidos son algunos otros daños que las fuertes lluvias han dejado en el campo valenciano. Estos fueron los aspectos que destacó el presidente de la Unió de Llauradors, Joan Brusca. “Aún es muy pronto para hacer una valoración porque está lloviendo todavía”, señaló.
Tan importante como los daños en la producción serán los de las infraestructuras agrícolas, en los caminos y en las parcelas de zonas como la Ribera, la Safor y las Marinas. “Todo depende de la evolución del tiempo. Se ven campos anegados por el agua pero hay que tener en cuenta que, en su mayoría, los cítricos aún están muy verdes”.