Mariano Rajoy se presenta a las elecciones generales de marzo, al menos de momento, sin el trasvase del Ebro entre sus promesas de campaña. La dirección nacional del PP aprobó ayer las bases del programa con el que la formación concurrirá a los comicios con la exclusión de cualquier referencia expresa a la conducción del Ebro pero tampoco al Tajo-Segura. El documento se limita a aludir de forma genérica y ambigua al conflicto hídrico lo que, además, ha abierto fuertes discrepancias en las filas populares entre el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y las direcciones del PP en Aragón y Castilla-La Mancha.
El texto que aprobó ayer la cúpula de los populares está conformado, apunta de forma textual la redacción, por «los ejes del programa con el que el Partido Popular concurrirá a las próximas elecciones generales». Pese a ello y al valor estratégico de la Comunidad y especialmente de Alicante en la cita con las urnas, en las cincuenta páginas no hay ni rastro del trasvase del Ebro, una reivindicación de la que el presidente Camps ha hecho bandera durante los últimos cuatro años, pero tampoco de la vigencia del Tajo-Segura o de defensa del proyecto original de la conducción del Júcar al Vinalopó, que ahora ejecuta el Gobierno socialista de Zapatero aunque modificado y con la toma de agua trasladada desde Cortes de Pallás al Azud de la Marquesa en Cullera.
Únicamente una referencia somera, en el punto 222 del documento, sobre la política hídrica que el PP desplegaría en caso de retornar a la Moncloa, una redacción que, de alguna manera, intenta apaciguar tanto a Camps, uno de los grandes apoyos de Rajoy, como a las direcciones de los populares en Aragón y Castilla-La Mancha. «Alcanzaremos un pacto nacional del agua para mejorar la gestión de los recursos hídricos, promoviendo su uso racional y una distribución basada en criterios de eficiencia y solidaridad», señala el párrafo antes de apostillar, sobre las conducciones entre cuencas, que la gestión del PP incluirá «entre otros mecanismos, las transferencias de recursos sobrantes disponibles de las cuencas excedentarias a las deficitarias». Punto y final. Esa es toda la alusión que se incluye en el documento programático de Mariano Rajoy al conflicto del agua.
Pero es que, incluso, el dossier que se entregó a los periodistas durante la comparecencia de Rajoy -en la que se limitó a reproducir el texto acordado sin alusiones al trasvase del Ebro- es todavía más duro para los populares valencianos al hablar de que las transferencias de agua son tan sólo una «posibilidad». En las últimas semanas, las fricciones a cuenta del conflicto hídrico han quedado evidenciadas en el seno del PP. Incluso, ayer mismo, la cúpula de Génova tuvo que lidiar con las presiones, por un lado, de Camps para redactar un texto más explícito y, por otro, de los dirigentes populares en Aragón y Castilla-La Mancha. El texto definitivo no contenta a nadie pero, de alguna manera, permitió a los dirigentes del PP en la Comunidad ver la botella medio llena.
De hecho, tanto el propio Francisco Camps como el secretario general del PP, Ricardo Costa, y el coordinador del programa electoral de los populares, el castellonense Juan Costa, coincidieron en que el documento satisface, señalaron, «las principales reivindicaciones de los valencianos». El propio presidente Camps hizo referencia -en un argumento calcado al que también utilizó Costa- a «los trasvases de las cuencas excedentarias a las deficitarias» pero sin hacer ninguna alusión al trasvase del Ebro, a diferencia de la vehemencia con la que se ha pronunciado en otras ocasiones a favor de la conducción hídrica.