La sequía vuelve a asomar su fea cara por cuarto año seguido y, una vez más, las cuencas del Júcar y el Segura, las dos más importantes para la provincia de Albacete, se encuentran entre las que atraviesan las mayores dificultades.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Medio Ambiente, el Júcar se encuentra al 18,2% de su capacidad, con sólo 622 hectómetros cúbicos, mientras que el Segura almacena sólo 162, lo que equivale al 14,3 por ciento de su capacidad máxima.
Estas cifras son consecuentes con las precipitaciones registradas en la vertiente mediterránea, solo 0,6 litros por metro cuadrado, una cifra muy alejada del registro históricos (11,7 litros), según el Instituto Nacional de Meteorología.
Así las cosas, no resulta extraño que pueda haber limitaciones en el agua para el regadío en las cuencas hidrográficas del Júcar, el Segura y el Guadalquivir, tal y como se vio en la última reunión de la Mesa de Trabajo de Anticipación de Situaciones de Sequía, celebrada en Madrid.
Reunida bajo la presidencia del director general del Agua, Jaime Palop -a quien por cierto se espera en Albacete durante el día de hoy- se habló de posibles restricciones en el suministro de agua para agricultura, de garantizar el suministro de agua para el consumo humano y de la aprobación de un Real Decreto sobre Reutilización de Agua para uso humano.
En el marco de dicha reunión, y en declaraciones a los medios, el propio Palop hablaba del Júcar, del Segura y del Guadalquivir, en términos poco optimistas.
«Estamos entrando claramente en una situación de sequía en estos ámbitos -indicó- es aquí donde tenemos problemas, estamos mirando al cielo y una vez más vamos a tener que hacer especial hincapié en todo lo que son medidas de ahorro, reutilización y concienciación de la población, amén de lo que están haciendo las diferentes administraciones».
DECRETOS PRORROGADOS. En esta misma línea, Palop recordó que se ha prorrogado los decretos de sequía de las cuencas del Júcar, Segura y Guadalquivir. Un conjunto de normas que otorgan amplios poderes a la administración central y a los organismos de cuenca para asignar recursos a los usos y aprovechamientos que se consideren oportunos.
Son precisamente, estos decretos los que provocaron que los regantes de la Mancha Oriental, dentro del Júcar, llegasen a soportar restricciones de hasta el 45%. Un 20% que los regantes se ‘autoimpusieron’ a principios del año hidrológico y un 25% que les vino dado desde la confederación.
Este año, y conforme al último Plan de Explotación aprobado para el vigente año hidrológico, los regantes sólo se han ‘autoimpuesto’ un recorte del cinco por ciento respecto a las asignaciones de agua de un año normal. En cuanto a futuras restricciones, por el momento, prudencia.
«Más que de restricciones, cabría decir que estamos hablando de administrar la escasez -señalaba ayer fuentes de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental consultadas por La Tribuna- pero hay que estar atentos, la situación puede cambiar, ya que las Comisiones de Sequía se celebran con periodicidad mensual».
La próximo Comisión de Sequía de la CHJ será, precisamente, el próximo miércoles día 12 en Valencia. Por el momento, y según un comunicado de la propia Confederación del Júcar, «no se prevé restricción alguna ni para el regadío ni para el abastecimiento» a corto plazo.
Según el organismo de Cuenca, la situación de las reservas en la CHJ es ligeramente mejor que hace un año. Por ello, la próxima Comisión Permanente de Sequía incluirá un análisis de la situación y una evaluación medioambiental de los diferentes ecosistemas del río Júcar, pero «no está previsto que ningún punto del orden del día aborde algún tipo de restricción de suministro».
BOMBEOS. Aún así, aunque a corto plazo no se ven restricciones, desde la JCRMO se ve con preocupación el futuro del programa de sustitución de bombeos por aguas superficiales, vital para garantizar la supervivencia del acuífero de la Mancha Oriental.
«Tenemos en licitación la segunda fase de la sustitución de bombeos -indican las mismas fuentes- pero resulta que, entre una cosa y otra, no tenemos agua para la primera. Este programa es vital para garantizar el futuro del acuífero 18 y, sin agua, ¿qué sucederá con él?».