Situación crítica la que atraviesa el embalse de Alarcón (Cuenca), situado en la cabecera del Júcar, que sólo se encuentrá al 5 por ciento de su capacidad, según los datos aportados ayer por la la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Aunque los embalses de esta cuenca acumulan 8,79 hectómetros más que la semana pasada y llegan a los 697,98 -un 20,86 por ciento de su capacidad total-, la CHJ alertó de los efectos de la sequía sobre el embalse de Alarcón, que, en el primer trimestre del año hidrológico, ha recibido la menor cantidad de agua de los últimos 32 años y almacena 64,3 hectómetros cúbicos, un 5,75 por ciento de su capacidad, que es de 1.118 hectómetros cúbicos.
La Confederación ha calificado la situación de «preocupante», máxime cuando la capacidad mínima operativa del embalse es de 30 hectómetros cúbicos.
La situación en los embalses de la cabecera del Tajo tampoco mejora. Buendía y Entrepeñas registraron la pasada semana un descenso de cinco hectómetros cúbicos y acumulan 300 hectómetros, el 12,12 por ciento de su capacidad total, que es de 2.474 hectómetros. No osbtante, en conjunto, la reserva de los embalses de la cuenca del Tajo ha aumentado en 86 hectómetros cúbicos y se sitúan en 4.663, un 42,34 por ciento de su capacidad total.
Ante esta grave situación, al igual que sucede en otros puntos de España, el director general del Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Jaime Palop, realizó ayer un llamamiento a la población para que no derroche agua. Palop argumentó que la situación actual es «delicada» en todo el arco mediterráneo. «Prácticamente desde Cataluña hasta Algeciras, incluyendo la cuenca del Guadalquivir, hay problemas de agua almacenada», analizó.