El director de la Fundación Agua y Progreso, José Alberto Comos, reafirmó ayer su apoyo rotundo a la política de trasvases con una advertencia: «asistimos a un proceso de cambio climático y, dado que hay cuencas mediterráneas que están menos afectas por la sequía, será la severidad del mismo la que obligará a la interconexión de todas ellas; desde las cuencas que sean excedentarias hacia otras deficitarias».
Comos realizó estas manifestaciones ayer en Castellón, donde asistió a la firma de un convenio de colaboración con la Universidad Jaume I de Castellón (UJI) para realizar un estudio sobre el cambio climático y su incidencia en los recursos hídricos disponibles en las cuencas de los ríos Júcar y Segura.
Los expertos en investigación sobre recursos hídricos desplazados a la UJI explicaron que esta situación «determinará dónde deben situarse las conexiones intercuencas como complemento de los recursos hídricos alternativos proporcionados por la depuración, la desalación y una gestión eficaz del consumo». El convenio para el estudio de las cuencas del Júcar y del Segura se llevará a cabo por expertos en recursos hídricos.
Estará dirigido por el catedrático de Climatología de la Universitat Jaume I José Quereda, quien anunció ayer que las bases científicas del último informe «Climate Change 2007» de las Naciones Unidas, establecen que, para un escenario de un incremento anual del 1% de la concentración atmosférica del dióxido de carbono, «nuestra región mediterránea será la más vulnerable a los efectos del cambio climático de toda Europa».
Reducción de recursos hídricos
Esta cuestión implicaría que, «simultáneamente al aumento térmico de 2 o 3 grados, se produciría una reducción de recursos hídricos». Además, según Quereda, esta reducción podría alcanzar hasta un 33% de las actuales magnitudes de escorrentía mediterráneas, ya de por sí escasas, con valores medios anuales de 75 mm en las tierras valencianas.
El estudio «Evaluación del cambio climático y su incidencia en los recursos hídricos disponibles en las cuencas del Júcar y del Segura en el horizonte de los años 2030-2050», para el que el convenio no fija de momento una fecha de conclusión,prevé trabajar con datos novedosos.
Además, el estudio tratará de aportar los efectos que se han podido observar y analizar en las cuencas del Júcar y del Segura sobre la intensificación del ciclo hidrológico bajo condiciones climáticas contrastadas. De este modo, será posible establecer funciones de ajuste que vinculen las escorrentías totales detectadas con las precipitaciones y la temperatura.
El agua del Júcar bajará un 20%
El catedrático José Quereda avanzó que la cartografía geoestadística obtenida permite afirmar, preliminarmente, «que en un escenario climático con un aumento térmico de tan solo 1 grado y un 5 % menos de precipitaciones medias, la reducción de los recursos hídricos disponibles sobre la cuenca del Júcar sería de un 20%». Una reducción que implicarán mayores problemas a medida que las condiciones climáticas se endurezcan.
Para el desarrollo de este estudio, el equipo científico contará con las estadísticas de las series climáticas temporales obtenidas en el medio centenar de observatorios -con más de 50 años de antigüedad– que componen la red regional.
Además, tendrá el apoyo de la red de diez observatorios de estaciones automáticas de meteorología que la UJI tiene en el medio marino y en cimas alejadas de toda influencia humana.