La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aseguró hoy que para el PP la solidaridad en materia de agua sólo vale cuando viene del norte al sur y no al revés, haciendo así referencia al trasvase de agua desalinizada de la planta de Carboneras (Almería) que se realizará a Cataluña, una vez que finalicen las obras del puerto de este municipio.
En declaraciones a los periodistas, realizadas momentos antes de clausurar en Sevilla un foro científico-técnico sobre la gestión de agua, la titular del ramo indicó que la política de agua del futuro es «muy distinta» de la que, según dijo, «sigue pregonando el PP, que sólo sabe hablar de trasvases y de obras hidráulicas».
Asimismo, indicó que el trasvase del Ebro, «que por lo visto es el gran icono del PP, es una obra que la Comisión Europea se negó a financiar y que nunca lo hará». Al hilo de ello, Narbona destacó que el número dos en las listas del PP de Madrid, Manuel Pizarro, «ha sido un ferviente opositor de dicho trasvase, al que combatió con ardor». «Supongo que por coherencia seguirá pensando que es una barbaridad», añadió.
En esta línea, la ministra de Medio Ambiente anunció que la planta desaladora de Carboneras (Almería), que ha contado con una inversión de 140 millones de euros, procedentes del Gobierno central y de la Junta de Andalucía, alcanzará en dos años el 80 por ciento de aprovechamiento del agua, ya que en estos momentos sólo el 18 por ciento del agua que produce se puede utilizar. Además, indicó que en Cataluña se está construyendo en estos momentos una planta de similares características.
Narbona aseguró que la «tan denostada» ahora tecnología de la desalinización por el PP ha contribuido durante esta legislatura a garantizar el abastecimiento de agua a la población. Y es que, según explicó, «con su eficiencia energética se pueden evitar daños a los fondos marinos y garantizar agua llueva o no llueva en todo el litoral».
Respecto a la crítica realizada por parte del Panel Científico-Técnico de seguimiento de la política de aguas por no haber realizado una reforma de la Ley de Aguas durante la presente legislatura, Narbona dijo que ésta es una asignatura que el siguiente Gobierno, «gane quien gane», estará obligado a hacer.
«Todavía falta por incorporar en nuestro ordenamiento jurídico todos los elementos que permitan la aplicación del principio europeo de recuperación de costes y la mejora de la administración pública del agua, en lo que se refiere al papel que cada una de las administraciones tiene que jugar en un marco de concertación entre administraciones y los desarrollos de los Estatutos de Autonomía», aseveró la ministra de Medio Ambiente.
Por último, insistió en que el reto que tiene España en los próximos años es configurar una «auténtica» política del agua basada en consideraciones ambientales, económicas y sociales. «Venimos de una política basada exclusivamente en la obra hidráulica y con una prácticamente nula consideración de aspectos ambientales o económicos», concluyó.