El Ministerio de Medio Ambiente ha levantado los obstáculos medioambientales que pesaban sobre el proyecto de sustitución de bombeos en el acuífero de la Mancha Oriental y autorizado la ejecución de las obras que permitirán la sustitución de 270 pozos situados sobre el acuífero del Júcar medio.
J. Sierra, Valencia
El proyecto incluye la construcción de cuatro tomas en el Acueducto Tajo-Segura; la construcción de 3 balsas de regulación con un volumen de 114.000, 270.000 y 61.000 metros cúbicos respectivamente.
Además se instalarán 117,12 kilómetros de tuberías que permitirán una sustitución «efectiva» de 47, 15 hectómetros cúbicos con los que en la actualidad ser riegan 11.900 hectáreas.
En teoría, la sustitución de bombeos pretende la recuperación del acuífero y permitir que el Júcar reciba el agua de los manantiales que durante siglos lo convirtieron en uno de los ríos mas regulares de España pese a su carácter mediterráneo. A cambio del cierre de pozos, Medio Ambiente dará agua superficial del Júcar almacenada en Alarcón y distribuida por las provincias de Cuenca y Albacete a través del acueducto Tajo-Segura.
Sin embargo, los grupos ecologistas que han sido invitados a participar en el proceso de consultas advierten sobre una posible «pérdida neta de caudales en el Júcar». Es decir, que la medida solo sirva para evitar que los regantes gasten en extraer el agua de los pozos- aunque tengan que pagar parte de las obras en superficie- sin que el río experimente ninguna mejoría.
Ecologistas en Acción ha llegado a solicitar la declaración de acuífero «sobreexplotado», lo que supondría impedir las extracciones «insostenibles» de agua.
El ministerio ha incorporado al diseño del proyecto un informe de la Universidad Politécnica de Valencia con objeto de conocer con qué sustituciones de bombeos es «más eficiente la recuperación del río Júcar». En consecuencia, afirma Medio Ambiente, el proyecto «no comporta incremento respecto a los volúmenes de agua utilizados, ni de las dotaciones de riego actualmente existentes, ni incrementa la superficie de riego actual. El proyecto pretende disminuir las extracciones del acuífero y recuperar los niveles piezométricos, lo que incrementaría a largo plazo la descarga de caudales del acuífero al río Júcar».
En un plano más político y social que técnico el proyecto permite un beneficio directo de los regantes albaceteños de dos infraestructuras que hasta hace unos años les estaban vedadas pese a estar y atravesar su territorio: el embalse de Alarcón y el trasvase Tajo-Segura.