Las comunidades de regantes de las cuencas del Guadalquivir, Júcar, Segura, Ebro y de la cabecera del Tajo temen sufrir «cortes brutales» al riego en los próximos meses, para garantizar el abastecimiento humano en el verano.
Según afirmó hoy a Servimedia el presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), el agua disponible actualmente en el Guadalquivir permitiría «como mucho, uno o dos riegos en las zonas regables», lo que supone «bastante menos de un 20% de la dotación de un año normal».
En el Júcar y Segura «ocurre lo mismo». «El problema ya no será salvar las cosechas, sino las propias plantaciones», advirtió el presidente de Fenacore.
Por otra parte, Del Campo alertó de que «también están muy mal» la cabecera del Tajo y las grandes zonas regables de la margen izquierda del Ebro (canales de Urgel, canal de Aragón y Cataluña, comunidades de regantes de Bardenas y riego del Alto Aragón).
Aunque las comisiones de desembalses se reunirán este mes para abordar la situación, se espera que los cortes al riego «sean brutales» en estas zonas, de manera que «no se podrá ni regar en algunas cuencas».
«Si no se pueden salvar los cultivos de invierno (secano), la situación puede ser catastrófica. Mucho tendría que llover para que las reservas aumentaran», concluyó.
MÁS TRASVASES Y EMBALSES Por otra parte, el presidente de la Federación de Regantes pidió al nuevo gobierno socialista que incluya entre sus prioridades la construcción de nuevos embalses y trasvases, así como que refuerce el papel del Estado en la planificación fluvial.
«No estamos en contra de la planificación hidrológica existente, pero pedimos más», subrayó.
En este sentido, considera que la construcción de nuevos embalses y trasvases serán fundamental «para combatir los efectos del cambio climático en algunas cuencas».