Los embalses de Entrepeñas y Buendía, de los que parte el trasvase Tajo-Segura, viven su peor sequía desde 1912. Y con el trasvase de 39 hectómetros cúbicos para consumo en Murcia, Alicante y Almería que ayer acordó el Ministerio de Medio Ambiente llegarán a la línea roja, los 240 hectómetros a partir de los cuales la ley impide trasvasar agua.
Los enormes pantanos de los que parte el acueducto están al 11% de su capacidad. Almacenan 279 hectómetros y cuando se complete el trasvase de 39 hectómetros para abastecimiento los próximos tres meses estarán en 240 hectómetros. A partir de ese nivel, según un acuerdo de 1998 entre el Gobierno de Aznar y el de Castilla-La Mancha de José Bono, no se puede trasvasar. Ni lo que puedan comprar los regantes de Murcia a Madrid ni la que ya han comprado y que estaba pendiente de ser enviada. Los más de dos millones de personas que dependen del trasvase en el Levante quedan así a expensas de las lluvias en Guadalajara.
El problema es que los embalses del alto Tajo viven la menor entrada de agua desde 1912. Desde el 1 de octubre pasado, a Entrepeñas y Buendía han llegado 140 hectómetros cúbicos de agua, cuando la media histórica es de 413. Según el Ministerio de Medio Ambiente, el Mediterráneo y el Guadalquivir viven «el peor cuatrienio que se recuerda».