Los regantes del Trasvase Tajo-Segura reconocen que no hay agua sobrante en la cabecera del Tajo para atender sus cultivos, toda vez que cuando se deriven los 39 millones de metros cúbicos aprobados ayer los pantanos de Guadalajara y Cuenca se quedarán en la línea roja de 240 hectómetros que impide cualquier trasvase. La contrariedad es doble, porque tampoco podrán recibir esta primavera los 31 hectómetros comprados a Estremera (Madrid), en virtud de ese límite legal para trasvasar.
A falta de agua -habían pedido 170 hectómetros- , el presidente del Sindicato Central del Trasvase, Francisco del Amor, reclamó compensaciones económicas y exenciones fiscales. Éste lamentó que los representantes de las comunidades autónomas se enzarzaran en la reunión ayer con la construcción de las desalinizadoras. Un debate que se suscitó a raíz de las noticias publicadas por La Verdad en los últimos días.
del Amor reclama que el decreto de sequía se amplíe, como ha ocurrido en años anteriores, para conceder ayudas económicas y reducciones fiscales para hacer frente a los pagos de la seguridad Social y a los préstamos por la modernización de regadíos. Asimismo, Del Amor adelantó que va a convocar al Comité de Crisis de la Sequía para solicitar otra reunión a la vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, Fernández de la Vega. Sin agua en la cabecera y sin posibilidad de transportar los caudales comprados a Estremera, estos regantes sólo cuentan ahora con 20 hectómetros de los pozos de sequía. «No podemos estar mirando al cielo y esperando a que se seque todo. Hay que tomar medidas ya para resolver la situación», subrayó a esta Redacción.