La CHJ impedirá extraer recursos del Júcar en Albacete

La imagen del cauce del Júcar totalmente seco en varios kilómetros ha tenido consecuencias. Una extracción masiva y puntual el pasado 6 de abril en la provincia de Albacete dejó el lecho del río sin agua y obligó a soltar más recursos de embalse para recuperar el caudal ecológico.

      «La situación es radicalmente distinta a la de Barcelona»

      La situación se ha normalizado, pero el incidente dejó patente el frágil estado del río. La comisión de la sequía de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) tomó ayer medidas para evitar «problemas medioambientales» y no permitirá la toma de agua superficial en Albacete entre el 30 de junio y el 30 de septiembre, anunció el presidente del organismo, Juan José Moragues.

      La medida afectará a unas 70 explotaciones junto al río (150 hectáreas). También se cortará el grifo de los pozos a 5.000 hectáreas más que usan agua subterránea cerca del río y detraen agua necesaria para el caudal ecológico. Estas explotaciones no han participado en las tres ofertas de compra de derechos lanzadas este año por la CHJ, en las que sí han entrado otras 23.000 hectáreas que han renunciado a sacar de los pozos 45 hectómetros cúbicos. Otros 27,4 hectómetros están pendientes de concretarse. Las explotaciones de agua superficial que también han vendido sus derechos (1.200 hectáreas), dispondrán de dotaciones pequeñas para mantener cultivos, al igual que los campos que riegan de pozo y han acudido a las opa.

      La decisión de precintar pozos y vetar el agua del cauce «no se ha hecho sin avisar», dijo Moragues, y fue aceptada sin protestas por los agricultores de Castilla-La Mancha. Los regantes del Júcar han denunciado tradicionalmente la sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental, que afecta a sus recursos.

      La comisión constató que las aportaciones a los embalses del Júcar registran mínimos históricos, pese a lo cual las reservas son «constantes» gracias a una gestión «integral de los recursos» que echa mano de pozos y aguas recicladas. La sequía obliga a mantener las fuertes restricciones de riego en el Júcar y en el Turia, que contarán con un 50% de su dotación habitual, y cubrirán un 15% más con pozos. Las cuentas están muy ajustadas. Apenas ha llovido esta primavera, con lo que los regantes sufrirán para superar agosto.

      El abastecimiento urbano está «totalmente garantizado», también en Albacete. Moragues destacó que la situación valenciana es «radicalmente diferente» a la de Barcelona, pendiente del trasvase de excedentes de riego del Ebro. «Estamos muy lejos de tener problemas para el abastecimiento», abundó Moragues, que recordó la inversión en obras de emergencia, que han resuelto problemas de pérdida de agua, como en el embalse de Arenós, y de calidad, como en el del Amadorio, del que bebe Benidorm. Castellón está en situación de normalidad, como el Serpis, o las Marinas, con agua para dos años. El Turia está en prealerta y el Júcar en emergencia, lo que no pone en peligro el agua urbana de Valencia ni de L’Albufera.

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