Las lluvias de los últimos días, que han dejado en la provincia precipitaciones medias de entre 80 y 100 litros por metro cuadrado, han dejado los pantanos de Castellón en niveles máximos hasta el punto de que en algunos de ellos, tal como aseguraron fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar, ha sido necesario recurrir a «desembalses técnicos». También el presidente de la Federación de Regantes, José Pascual, señaló que los pantanos «están a tope» y que, con esta situación, no se prevé escasez de recursos al menos «en un par de años».
El último parte de embalses emitido por la CHJ corrobora estas apreciaciones. En el sistema del Millars, el pantano de Arenós, el de mayor capacidad de la provincia, almacena en estos momentos tres hectómetros cúbicos más de los que la propia Confederación estima convenientes. Un total de 68,12 hectómetros sobre los 65 previstos como máximo. Y a pesar de todo, Arenós sigue a menos de un 50% de su capacidad total (136,9 hectómetros). La explicación hay que buscarla en las obras de consolidación de laderas que el Ministerio de Medio Ambiente tiene pendientes en la presa castellonense, después de una primera fase que ha permitido incrementar en 40 hectómetros las posibilidades de almacenamiento.
En cualquier caso, el nivel de agua embalsado en este momento (0,46 hectómetros más que la semana pasada) ha obligado, según señaló Pascual (quien negó que se trate de un desembalse) a desviar parte del caudal desde Arenós al embalse del Sitjar, donde ayer, explicó el presidente de los regantes, se estaban dando «entradas por salidas». Esto es, se desagua la misma cantidad que se recibe. Y ello porque también en Sitjar se ha superado la cantidad fijada por el Ministerio como máxima para embalsar. Así, pese a que su capacidad es de 49,3 hectómetros, las previsiones de la CHJ para este pantano son de unos 45 hectómetros. Ayer, había almacenados 45,56 hectómetros cúbicos, dejando la presa a un 92,42% de su capacidad total y con 0,80 hectómetros más que los embalsados la pasada semana. También en el sistema del Millars, el pantano de l’Alcora está al 70,19% después de las últimas lluvias, con 1,54 hectómetros sobre 2,2, mientras que el María Cristina almacena 3,43 hectómetros de sus 18 posibles (18,59%).
Las cifras y porcentajes de otros sistemas de la provincia también reflejan una situación hídrica de bonanza que los regantes confían en mantener al menos dos años más. En el Palancia, el pantano del Regajo embalsa en la actualidad 5,48 hectómetros, apenas 0,52 menos que su capacidad máxima, que los organismos de cuenca reservan para casos de urgencia. También el pantano de Ulldecona, en el sistema del Sénia, se acerca a su límite, con 0,23 hectómetros cúbicos almacenados más que la semana pasada y un 92,18% de su capacidad total.
La situación de los embalses se produce después de un episodio de lluvias que ha dejado en la provincia de Castellón precipitaciones máximas de 167 litros por metro cuadrado en Cervera del Maestre, 112 litros en Fredes o 110 en la localidad de Onda. En otras poblaciones de la provincia, como Alcalà de Xivert o Catí, se han recogido medias de más de 90 litros, según la Agencia Estatal de Meteorología.
La Conselleria retiró ayer la preemergencia por lluvias en la provincia, decretada el pasado sábado. Desde ese mismo día, según indicó la CHJ en un comunicado, «se están efectuando los desembalses técnicos para mantener los resguardos de seguridad» en Castellón, que, señalan, tiene sus pantanos «técnicamente llenos». Estos desagües, además, han permitido «la recarga de acuíferos».