Un estudio elaborado por la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) con el objetivo de demostrar los efectos que la desaparición de las tarifas especiales eléctricas para regadío pueden tener el proceso de modernización revela que aquellas regiones que han transformado en mayor medida sus explotaciones hacia sistemas de riego más eficientes (aspersión y goteo) son también las que se verán más afectadas por la nueva normativa. El 58,52% de las superficie cultivada en la Comunidad Valenciana utiliza ya sistemas de riego localizado.
El informe muestra que el encarecimiento de las tarifas eléctricas puede frenar el proceso de modernización de regadíos e incluso provocar el cambio hacia otros cultivos que exijan menor consumo de agua y, por tanto, de energía. En España la producción mayoritaria en las superficies donde se utilizan sistemas de riego son los cereales (25,4%), el olivar (18,2%), el viñedo (10,4%) los cítricos (9,3%) y las forrajeras (8,4%).
Las comunidades españolas que sufrirán en mayor medida las consecuencias de esta subida de las tarifas eléctricas serán aquellas que utilizan sistemas de riego por aspersión o automotriz para abastecer la mayor parte de su superficie regada; sistemas que permiten un mayor ahorro de agua, pero que también exigen mayor consumo energético. Son los casos de las dos Castillas, Extremadura y Aragón. En más del 20% de los regadíos españoles se utiliza este tipo de sistemas. En la Comunidad Valenciana, el sistema por aspersión es minoritario, pero el goteo se utiliza en 175.000 de las casi 300.000 hectáreas de regadío.
Castigo
La Federación de Regantes considera «paradójico» que el Ejecutivo «premie» el esfuerzo realizado por los regantes en estos últimos años para modernizar sus explotaciones agrarias con una subida tarifaria de este calado. En los últimos siete años, el regadío sin modernizar ha pasado de representar el 59% en el año 2000 al 33% en 2007. Por el contrario, el riego localizado por goteo -de mayor optimización y menor consumo de agua- ha pasado del 17% a casi el 45% el pasado año, superando por primera vez al tradicional riego de gravedad o por inundación.
Las comunidades que se verán menos dañadas por el encarecimiento de la factura eléctrica coinciden precisamente con aquéllas zonas de mayor pluviometría como son el País Vasco y Cantabria.
En colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente, los regantes continúan manteniendo «con cierto escepticismo» conversaciones con el Ministerio de Industria con el objetivo de reducir, a través de las medidas legislativas necesarias, el coste del término de potencia, de manera que los agricultores regantes paguen sólo por la potencia realmente utilizada.
Por otro lado, FENACORE continúa insistiendo en la necesidad de la aplicación de un tipo reducido de IVA en el suministro de electricidad para el regante por ser «usuario finalista», de acuerdo a lo previsto en la Directiva del Impuesto sobre el Valor Añadido y tomando como antecedente inmediato el caso de Italia.
Actualmente, las comunidades de regantes no están sujetas al pago del IVA, con lo cual no pueden repercutirlo a sus comuneros y deben soportarlo como usuario final, lo cual supone el encarecimiento de la energía eléctrica.