Comienza la época de siembra en la provincia con el ánimo maltrecho. Así lo ha podido constatar la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Málaga tras las conversaciones mantenidas con sus asociados. Muchos de ellos lo tienen claro: los costes de producción no compensan el precio de la venta de la tonelada de la cosecha. La solución es evidente: este año no se siembra.
Con el precio de los cereales en clara tendencia a la baja, la incertidumbre entre los productores es máxima, ya que los costes a los que se enfrentan resultan desorbitados. Los fertilizantes han subido más de un 70% en el último año. Esta situación ha provocado que muchos agricultores se replanteen su actividad y opten por cultivos que necesiten menos fertilizantes. “Muchos agricultores- explica Baldomero Bellido, técnico de ASAJA en Antequera- se van a decantar por la cebada y la avena y se arriesgarán a no aplicar abonado de fondo por el precio que tiene”.
El abono de fondo -el que se echa a la tierra antes de la siembra, más rico en fósforo, potasio y menos en nitrógeno- resulta extremadamente caro. Según Bellido, serían necesario 450 kilos de abono por hectárea, lo que sumado al resto de los gastos eleva estos a cerca de 600 euros por hectárea. En cambio, en los cultivos de cebada y avena los costes se reducen notablemente. “Hay que añadir que la semilla de estos últimos se compra por 22 céntimos el kilo, mientras que la semilla de trigo duro cuesta alrededor de 40 céntimos”, manifiesta el técnico.
Otra de las posibilidades que se han planteado los agricultores de la provincia es un año de barbecho, es decir, sembrar un año sí y otro no para ahorrar en abono en la campaña siguiente. “Es una forma natural de que la tierra, al estar descansada, se integre de nuevo de nutrientes. De esta manera no es necesario echar tanto abono para la siguiente sementera”, aclara Bellido, al tiempo que asegura no recordar una temporada así.
Recuperar la normalidad
Dado que el petróleo es uno de los componentes fundamentales en la formación de los precios de los fertilizantes, principalmente en el caso de los nitrogenados, la caída en la cotización del crudo superior al 50% en los últimos tres meses debería repercutir de forma inmediata en el precio de los abonos, cuestión que, a juicio de ASAJA, debe ser vigilada de cerca por los organismos de la administración encargados de velar por la libre competencia. En este sentido, el precio de los fertilizantes en el mercado internacional ya ha comenzado a bajar.
Por otro lado, ASAJA insta al Ministerio de Medio Ambiente Rural y Marino a garantizar la competencia y transparencia en el mercado de los fertilizantes con el fin de salvar una campaña de siembras que podría desembocar, a nivel nacional, en una caída de más de un millón de hectáreas en la superficie de siembra de cereal si los costes no vuelven a la normalidad.