El pasado jueves, la Comisión de Medio Ambiente de las Cortes Valencianas debatió y aprobó, con los únicos votos de los representantes del Partido Popular, una iniciativa en la que se pide «revertir» la situación de «sobreexplotación» en la Mancha Oriental.
La propuesta, defendida por el diputado Vicente Betoret, se votó como proposición no de ley yen la misma se pide revisar las asignaciones de agua para los regantes y usuarios del acuífero 18, y así recuperar para el río Júcar y la Albufera caudales que ahora se usan para «productos subvencionados por la PAC».
Esta iniciativa en el legislativo de la región vecina se produce en medio de una escalada verbal del PP valenciano que tiene por protagonista, precisamente, al agua.
En este sentido, cabe recordar el acto celebrado el pasado lunes en la Universidad de Alicante, convocado inicialmente como la presentación del libro Política del Agua 1785-2005, de los catedráticos Antonio GIl Olcina y Antonio Rico, que se tornó en un mitin contra el final del trasvase Tajo-Segura, y a favor del trasvase del Ebro y la política hídrica del PP, prtagonizado por el presidente valenciano, Francisco Camps.
En cuanto a la proposición no de ley sobre la Mancha Oriental, señalar que el portavoz socialista en la Comisión de Medio Ambiente, Francesc Signes, señaló que «técnicamente» el acuífero de la Mancha Oriental no está en situación de sobreexplotación.
Signes recordó que las extracciones del acuífero se han reducido hasta un 25% en los últimos cinco años, y que, incluso, el acuífero de la Mancha Oriental ha llegado a aportar agua al río en el último año, lo que se contradice con la supuesta sobreexplotación.
No obstante, en declaraciones a la agencia EFE, dijo estar dispuesto a considerar la propuesta del PP, siempre y cuando retiren la «eterna» reivindicación sobre el trasvase del Ebro.
Desde Albacete, dede la propia Mancha Oriental, el secretario de su Junta Central de Regantes, Herminio Molina, subrayaba que la argumentación de los populares valencianos tiene un fallo grave, que se remonta al año 1997.
«El Plan de Cuenca del Júcar, cuyas asignaciones se cuestionan desde la Generalitat Valenciana, se aprobó cuando gobernaba el PP, no el PSOE -recordó- porque, a menos que esté muy equivocado, la ministra de Medio Ambiente que lo negoció con nosotros se llamaba Isabel Tocino y, socialista, lo que se dice socialista, no era».
Este Plan, además, formaba parte de un conjunto de planes de cuenca y de normas legales cuya culminación era el Plan Hidrológico Nacional, cuya piedra angular era el trasvase del Ebro, que la Generalitat Valenciana reivindica constantemente.
«Y ahí está la madre del cordero, o reivindicamos todo, o rechazamos todo -afirmó- lo que no puede ser es lo de siempre, lo que me conviene, lo cumplo y lo exijo, y lo que no conviene, pues paso».
En este sentido, recordó que el Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar, actualmente en proceso de revisión, contempla el programa de sustitución de bombeos de la Mancha Oriental que, para funcionar, necesita que Valencia modernice sus regadíos.
«Y de eso, por supuesto, ni hablar, para qué vamos a modernizar los riegos, si ese agua es para aliviar a la Mancha Oriental -ironizó- así que, lo más cómodo es que no modernizo, me quedo el agua y, además, se la quito a los de la Mancha. Menudo plan, el del señor Camps».