Los primeros recibos que han llegado en el comienzo de la campaña de riego, en este mes de febrero, reflejan unos incrementos del importe final del 100 por 100, según los recibos que llegan a la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental
En las últimas semanas, más de 10.000 agricultores, titulares de explotaciones agrarias de las provincias de Albacete y Cuenca, integrados en la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (Jcrmo) han empezado a hacer los primeros riegos de importancia.
Estos riegos, relacionados con la nascencia de las plantas, o con algún tratamiento, por ejemplo un abono, han provocado que lleguen a sus respectivos domicilios las primeras facturas de la luz con cierta entidad, que este año se han calculado de acuerdo con las nuevas tarifas liberalizadas.
Y la sorpresa que se han llevado ha sido sumamente desagradable, según denunciaba ayer Herminio Molina, secretario de la Jcrmo. Porque, de un año para otro, las facturas han duplicado su valor lo que, de persistir esta situación, haría que muchas explotaciones agrarias dejasen de ser rentables.
«Hasta ahora, las facturas que nos habían llegado sólo reflejaban el enganche -explicaba Molina a La Tribuna- así que, aunque las subidas eran grandes, la cifra bruta final no era para asustarse».
Molina ponía como ejemplo el de una explotación media, de un consumo medio de 400 kilowatios para unas 150 hectáreas. El coste del enganche, en febrero de 2008, fue de unos 113 euros, mientras que, en febrero de 2009, ya fue de 451 euros.
«En proporción, es más del doble -señaló- pero el susto gordo ha llegado cuando se ha empezado a bombear; en ese momento, las cuantías totales han subido de tal forma que la gente es está echando las manos a la cabeza».
CASI 3.000 EUROS. Así, en febrero de 2008, el precio del kilovatio era de 0,08 euros, lo que en la explotación-tipo antes mencionada supuso pasarle al cobro un recibo de 1.575 euros. Un año más tarde, con el kilovatio a 0,168 euros, el recibo ha sido de 2.868.
«Creemos, además, que estas facturas están sobrevaloradas, porque el cálculo no distingue entre horas punta, llano y valle -denunció- pues, si lo distinguiese, en este recibo, la cuantía final sería menor en unos 630 euros».
Aún así, con esa corrección, la subida porcentual del recibo sería de tan «sólo» el 70%. Una situación que deja fuera del sector a las explotaciones agrarias cuyo nivel extracción sea superior a los 100 metros de profundidad.
«Aún quedan zonas, pocas, pero quedan áreas en las que se extrae agua a 60-70 metros -estimó- y también hay muchas en las que la media es justo el límite, los 100 metros; pero cuando se llega a Pozo Cañada, se cruza la divisoria del Segura, y se empieza a avanzar en dirección a Tobarra y Hellín, el nivel ya es de 190-200 metros».
RECONVERSIÓN. Estas explotaciones, con unas tarifas de este tipo, están «condenadas» de antemano. Y las demás está abocadas a una profunda reconversión tecnológica y de cultivos, ya que los riegos sólo podrán ser de apoyo, esto es, de mínimos.
«Si se mantienen los precios de la energía como ahora mismo, el mapa de cultivos de la provincia va a cambiar, y de forma radical -advirtió- y no sólo lo hará el mapa político, sino el económico, no olvidemos que el PIB regional aún depende del sector agrícola para aguantar este crisis».
En el capítulo de los cultivos, Molina señaló que, en estas condiciones, los leñosos le comerán el terreno a cultivos más exigentes en agua, como los herbáceos. Y, en el capítulo económico, recordó que, «en esta región, cuando la agricultura tose, el resto de los sectores se coge una gripe».