Antes de 2015, todos y cada uno de los acuíferos subterráneos de la provincia de Albacete y, en general, de toda España, deberán tener en vigor un plan para la prevención y/o reducción de la contaminación, y acreditar un buen estado químico, especialmente en lo tocante a los niveles de presticidas y de nitratos.
Este será el propósito básico del proyecto de Real Decreto sobre protección de aguas subterráneas que el el Ministerio de Medio Ambiente presentó, el pasado lunes, ante el Consejo Nacional del Agua que, en realidad, es la aplicación o transposición de la Directiva 2006/118/CE de la UE, sobre protección de las aguas subterráneas contra la contaminación.
En Albacete, esta Directiva tendrá un gran impacto, porque buena parte de su suministro de aguas, tanto para el consumo humano como para el uso agrícola o industrial, dependen de los acuóferos subterráneos.
La zona centro y nordeste de la provincia forma parte de uno de los mayores acuíferos subterráneos de Europa, la unidad hidrogeológica 08.29 o acuífero de la Mancha Oriental.
Este acuífero tiene unos 7.500 kilómetros de extensión, y dos terrcios del mismo corresponden a la provincia de Albacete. En la actualidad, se subdivide en tres niveles, que son Mioceno (el más superficial), Cretácico y Jurásico.
De este acuífero, dependen el regadío de la provincia de Albacete, uno de los pilares de su economía, y el abastecimiento a numerosos núcleos del centro y nordeste. Hasta hace bien poco, entre ellos estaban los casi 170.000 habitantes de la capital provincial, que aún cuenta con una red de pozos para casos de emergencia en el suministro de aguas.
Hacia el Sur, la situación se torna mucho más compleja. Enesa zona, hay muchos pequeños acuíferos, que en algunos casos saltan los límites, no siempre precisos, entre unas cuencas y otras.
Por ejemplo, la Confederación Hidrográfica del Segura tiene identificados hasta medio centenar de estos acuíferos subterráneos, como parte del proceso de revisión de su Plan Hidrológico de Cuenca.
Estos acuíferos se verán afectados, en breve, por la Directiva Marco de Aguas Subterráneas (DMAS). Se promulgó en 2006, y marca estándares de calidad del agua y para prevenir o limitar la entrada de sustancias contaminantes en las aguas subterráneas.
Para ello, define criterios de calidad generales y, a partir de ellos, los estados miembros deberán establecer los estándares más adecuados para sus masas subterráneas de agua, teniendo en cuenta las condiciones locales.
El problema es que, en esto, como en muchas otras cosas relacionadas con el agua, España lleva un retraso considerable. Por ejemplo, los estándares básicos de calidad debíanestar establecidos a finales de 2008. Y estamos en 2009.
Definir estos parámetros, así como muchos otros requerimientos establecidos en la DMASes el objetivo del borrador de Real Decreto que se vio en el Consejo Nacional del Agua. Un borrador que, por el momento, ha pasado totalmente desapercibido.