El 70% del campo valenciano funciona ya con técnicas de ahorro de agua. Con esta modernización, el 17% de la superficie de cultivo en España que utiliza el riego por goteo se encuentra en la Comunitat. Todo ello ha permitido un ahorro cercano a los 140 hectómetros cúbicos anuales. El principal beneficiado del esfuerzo realizado por la Administración autonómica y los agricultores valencianos ha sido el regadío de Castilla-La Mancha.
Los campos de Albacete están recibiendo aportes de alta calidad del embalse de Alarcón gracias a que el agricultor de la Comunitat emplea agua depurada.
La mayor parte de los cultivos del regadío manchego están subvencionados, mientras que la producción en los campos de la Comunitat es intensiva y de alta rentabilidad.
El Plan Hidrológico del Júcar prevé un máximo de extracciones de 320 hectómetros cúbicos del acuífero de la Mancha Oriental para evitar la sobreexplotación. Pero desde 2000, la Confederación del Júcar ha autorizado que se utilicen unos 400 hectómetros cúbicos, salvo los años de sequía.
La Confederación indemnizó a los agricultores albaceteños por dejar de regar con la compra de derechos de agua durante estos periodos. En el caso de los valencianos, la política fue restrigir los aportes al campo.
El Plan del Júcar también establece que los agricultores de La Mancha puedan recibir 125 hectómetros del embalse de Alarcón a cambio de la clausura de pozos y la modernización de regadíos para ahorrar 65 hectómetros. En estos momentos, están percibiendo la totalidad del aporte sin haber realizado las obras de sustitución. La Confederación ya ha regularizado 459,3 hectómetros, es decir, prácticamente el máximo posible.
El incremento del agua para el regadío de La Mancha se ha conseguido gracias a los esfuerzos del campo valenciano. Una circunstancia que acredita unos criterios de solidaridad en el reparto de los recursos hídricos que no parecen ser compartidos por todas las autonomías españolas.
A todo ello se suma ahora que Castilla-La Mancha pretende poner fecha de caducidad al trasvase Tajo-Segura con la aprobación de la reforma del Estatuto, una obra que se considera fundamental para la supervivencia de la agricultura en el sur de la provincia de Alicante.