España dio ayer un empujón al tratado internacional para proteger los ríos y lagos compartidos entre países, ratificando la Convención Internacional del Uso de las Aguas Internacionales no Navegables. Según WWF, el Gobierno ha de tomar este nuevo acuerdo como una obligación para asegurar que los planes de gestión de cuenca sigan los principios ambientales establecidos en la Directiva Marco del Agua en las cuencas internacionales Este es el caso del –las compartidas con Portugal Tajo y Guadiana donde la carencia de agua es especialmente preocupante.
La Convención de la ONU sobre Cursos de Agua consiguió el apoyo de una mayoría aplastante de países cuando se aprobó en 1997 como marco en el que resolver las disputas y promover la cooperación en la gestión de aguas compartidas entre países.
Mientras el mundo mostraba su inquietud acerca de las menguantes reservas de agua y los progresivos impactos del cambio climático, el tratado languidecía durante más de una década, siendo ratificado por menos de los 35 países necesarios para que fuera efectivo. España se ha convertido en el decimoctavo país en firmar este acuerdo.
WWF España se congratula de la ratificación, pero insta al presidente Rodríguez Zapatero a impulsar, junto con Portugal, las medidas necesarias para proteger a los ríos Duero, Tajo y Guadiana, cuyas cuencas están compartidas. Pero, es necesario un adecuado desarrollo de los planes hidrológicos de cuenca que tenga como prioridad el alcanzar el buen estado ecológico de las aguas, tal como exige la Directiva Marco de Agua
“Un aporte suficiente de agua en Portugal es esencial para el buen estado ecológico de los estuarios degradados del Guadiana y el Tajo, afectados por la sobre explotación de sus recursos en territorio español,” explica Enrique Segovia, Director de Conservación de WWF España, y continúa, “El Tajo sufre varios trasvases hacia las cuencas del Levante español y hacia la llanura manchega. Además, se enfrenta a la amenaza de un nuevo trasvase antes de la frontera con Portugal”.
España, uno de los mayores consumidores de recursos hídricos de Europa, no es nuevo en materia de acuerdos sobre el agua. El último de ellos fue la firma de la Convención de la Albufeira sobre gestión de ríos en Portugal, en 1998. Además, España debe también aplicar la Directiva Marco de Agua, pero, al igual otras naciones mediterráneas, como Italia o Portugal, experimenta dificultades en su puesta en marcha por la enorme presión del regadío y el turismo sobre los recursos.
El agua, un elemento clave frente al cambio climático
Durante los pasados dos años WWF ha jugado un papel líder en la campaña de ratificación de la Convención de Aguas de la ONU, por tratarse de un paso esencial para la adaptación al cambio climático. Las variaciones en las pautas climáticas relacionadas con las lluvias y la menor disponibilidad de agua dulce, será para muchas personas el impacto más grave e inmediato del cambio climático. Por ello España tiene la obligación de garantizar suficientes recursos al país vecino.
La mitad de la superficie de la tierra está surcada por vías fluviales que contienen más de dos tercios del agua dulce disponible en el mundo. Tres cuartas partes de los países del mundo se enfrentan a disputas potenciales con sus vecinos por compartir, lagos, humedales o acuíferos.
“La ratificación por España de la Convención es un magnífica noticia para un mundo preocupado sobre el agua”, dijo el Director General de WWF, James Leape, añadiendo, “Este tratado, no es un instrumento estéril, sino la base para que todos podamos compartir los limitados recursos y proteger un patrimonio vital para el hombre y la naturaleza, como son los ríos, los lagos y las aguas subterráneas”
WWF España solicita al Gobierno español que aproveche la presidencia europea de 2010 para promover la ratificación de la Convención de la ONU sobre Cursos de Agua entre el resto de Estados Miembros de la UE.