Toledo acogió ayer la presentación de la Unión de Agricultores y
Ganaderos de Castilla La Mancha, un nueva organización agraria que nace
«para dar soluciones a los muchos problemas del campo» y frente a los
«pequeños grupos de presión que controlan el cotarro», en palabras de
su responsable regional, Jesús de Juan.
Y es que, dijo, los
agricultores «están hastiados de los profesionales de la representación
agraria» que, a su juicio, han perdido su vinculación con los
«verdaderos problemas del sector» en la última década.
En este
sentido, fue muy crítico con los paros previstos para el 21 y 22 de
noviembre por Asaja, UPA y Coag, las tres organizaciones agrarias
‘tradicionales’ y «alimentadas por los fondos del Forcem». «Falta fe»
entre los agricultores, que ven como nadie les soluciona sus problemas,
sentenció De Juan.
Buena parte de los integrantes de esta
organización proceden de la Plataforma en Defensa de la Vid y el Agua,
como reconoce el responsable regional de La Unión, quien también fuera
dirigente en este movimiento.
Pasando ya al ámbito reivindicativo,
la ‘cartera’ de exigencias de La Unión regional está presidida por los
precios agrarios, la nueva PAC y la crisis ganadera y del sector del
vino. Para esta organización, la presidencia de España en la UE, que
comienza en enero, es un buen momento para llevar los problemas
agrarios a Bruselas.
La Unión de Castilla-La Mancha se declara
«independiente» y está integrada en la federación que constituye La
Unión estatal, junto a otras seis uniones autonómicas.