La Mancha Oriental recibe al año 6,44 hectómetros por las filtraciones

Los agricultores de la zona de Los Llanos, integrados en la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental (JCRMO), perciben anualmente desde el año 2004 un total de 6,44 hectómetros cúbicos para compensar las filtraciones del Talave. Agua que llega a unas 4.000 hectáreas de Los Llanos, según apunta el secretario de la JCRMO, Herminio Molina.

Esta zona no es la única de la provincia que debe recibir estas compensaciones por las filtraciones. En Hellín también 824 hectáreas, con una asignación de 4,165 hectómetros, pendientes de que se materialice esa compensación.

Pero, ¿qué opinan las organizaciones agrarias presentes en Albacete sobre el trasvase Tajo-Segura? El secretario provincial de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Albacete, Julián Martínez, recuerda perfectamente los problemas de escasez de agua que en el año 1996 sufrían los agricultores de La Herrera. «Los cultivos se perdían todos y el trasvase bajaba lleno a rebosar», explica el dirigente del sindicato agrario.

La situación llegó a tal extremo que se hizo popular, cuenta Martínez, el dicho «el agua calienta más que el vino». Y es que incluso había quien, en plena indignación, defendía que había que tirar el trasvase.

Caducidad

Desde UPA piden igualdad. «Queremos tener los mismos derechos que en cualquier otra zona», insiste Martínez quien señala que esta organización agraria defiende la caducidad del trasvase.

Una idea que, sin embargo, desde Asaja ven muy difícil de llevar a cabo. El presidente provincial de Asaja, José Pérez Cuenca, asegura que hay que buscar otra fórmula. El dirigente de esta organización agraria aboga porque se garantice la prioridad de la cuenca cedente y que, una vez cubiertas las necesidades de ésta, se atiendan las demandas de otros territorios. Para ello, Pérez Cuenca cree que es esencial contar con una Administración central fuerte que sea capaz de poner orden. «Tiene que tener la autoridad suficiente para que todos respeten sus decisiones», recalca.

Echando la vista atrás, el presidente de Asaja recuerda que la polémica infraestructura nació porque hacía falta en ese momento para atender las necesidades del Levante. «Fue una obra faraónica», señala añadiendo que empezó utilizándose «un poquito». Un poco que acabó convirtiéndose en un mucho, tal y como indica. «Hay años que se llega a los 600, 700 u 800 hectómetros cúbicos», dice.

También lamenta que las junto a las necesidades básicas y lógicas, cada vez se suman más necesidades que responden a otros usos recreativos o urbanísticos.

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