Los presidentes de la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, Francisco Camps y Ramón Luis Valcárcel, acompañados de varios de sus conselleres (Juan Cotino, Maritina Hernández y Mario Flores por el lado del valenciano), se dieron ayer un baño de muestras de cariño de regantes en Orihuela después de que se haya abortado el estatuto de Castilla-La Mancha y con ello, la condena del trasvase Tajo-Segura. Reivindicaron un pacto del agua, el Plan Hidrológico Nacional (PHN), trasvases del Ebro, el Júcar y el Tajo, porque sus regantes son «los que más partido sacan a cada gota».
Arremetieron contra el PSOE y contra Rodríguez Zapatero en un acto que era institucional pero que más bien parecía un mitin; recogieron besos, abrazos, «enhorabuenas» y aplausos, y se marcharon. Dejaron inaugurado el embalse de la acequia de Puertas de Murcia, la última obra visitada por el ex conseller de Medio Ambiente, José Ramón García Antón, antes de morir el pasado verano. Y para él hubo muestras de cariño también: «Creo que nos ha echado una mano desde arriba, un trasvase cielo-tierra», dijo Camps. Además hubo mención al presidente hasta hace unos días de la Confederación Hidrográfica del Segura, José Salvador Fuentes Zorita, de quien dijo la alcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente, que «quiso mantener el sentido común y le costó el puesto; dijo que el Tajo-Segura no se toca y su propio gobierno le ha quitado la confianza». La anfitriona alabó a los presidentes diciendo que «no nos han fallado».
«Mesías» del agua
Camps llegó a ponerse ya no de «presidente del agua», sino casi de «mesías», recordando que el anterior juez de Aguas de Orihuela, Antonio Barberá, le dijo hace años: «Presidente, no nos abandones que sabemos que el camino que nos indicas es el correcto, que vamos contigo a donde haga falta». En varias ocasiones aclaró que pretende seguir al frente de la lucha por el agua desde el timón de la Generalitat: «Desde aquel día hasta hoy juntos, y todavía muchos años más», sentenció.
«Hoy es un día de felicidad, porque hemos cumplido nuestra palabra. Durante tantos años hemos trabajado juntos, y nos quedan muchos más, defendiendo aquello que creemos justo; les dijimos que estaríamos con ustedes (a los regantes), han intentado equivocarles con discursos que no son ciertos, decirles que pasaba algo raro, y aquí hemos estado ustedes y nosotros juntos, con el mismo objetivo», manifestó Francisco Camps.
Valcárcel, por su parte, insistió en que «no vamos contra nadie», pero que «los políticos ponen soluciones a problemas, aunque en este caso teníamos la solución, el PHN y el Ebro, pero llegó alguien que la destruyó y creó el problema. (…) Pero, ¿a quién se le ocurre castigar a estas tierras, dejar sin beber a dos millones de personas y destruir decenas de miles de puestos de trabajo por una decisión política?».
Los agricultores se postularon del lado popular: «El PSOE nos dio buenas palabras, pero su voto ha sido sí a ir en contra de los regantes (…) Nos quitaron el Ebro y querían hacer lo mismo con el Tajo, eso hay que recordarlo», subrayó el presidente de Fecoreva (Federación de Comunidades de Regantes Valenciana), Benjamín Aparicio. El juez de Aguas de Orihuela, Jesús Abadía, coló su cuña: «Estamos muy agradecidos, pero no puedo dejar de pedir la tubería de la acequia de Callosa, su construcción supondrá poder regar a muchas familias».
La retahíla de políticos murcianos y valencianos inauguró ayer dos embalses de 110.000 y 20.000 metros cúbicos, con los que se regarán 650 hectáreas por goteo desde la acequia Puertas de Murcia. De ahí beberán las tierras de mil agricultores de Orihuela, que comenzaron a reclamar esta obra (con un coste de 6,5 millones de euros) hace tanto tiempo que el antiguo juez Aguas de Orihuela, Antonio Barberá, ni se acuerda: «Era consellera de Medio Ambiente Ramón Llin», hacía memoria ayer. Ahora lo que hace falta es que los embalses no se sequen.