El delegado de Agricultura, Antonio Mompó, convocó ayer a los secretarios provinciales de las tres principales organizaciones agrarias para explicarles sus razones para haber retirado el Estatuto y por qué motivos no puede renunciar a la reserva efectiva de 4.000 hectómetros cúbicos de agua.
Mompó se reunió con José Pérez Cuenca (Asaja), Fernando Ruiz (COAG) y Julián Martínez (UPA) para explicarles que, en la parte que les afecta, el agua es necesaria para mantener las 120.000 hectáreas de regadío que se han modernizado o transformado desde el año 1996 en la región, y para seguir con nuevas transformaciones, en zonas como el Segura albaceteño, una zona de la provincia especialmente necesitada de apoyo.
«En estos momentos, hay proyectos de creación de regadíos, muchos de ellos sociales, en Elche de la Sierra, Fuenteálamo, Montealegra del Castillo, Albatana u Ontur -señaló- y todos estos proyectos, todo el esfuerzo de los agricultores, se queda en el aire si no podemos garantizarles».
Mompó indicó que todos estos proyectos son para dar «riegos de apoyo» a cultivos leñosos mediante sistemas controlados, como el goteo. Lejos, muy lejos, de los grandes consumos y dotaciones de agua que suelen ser habituales en Valencia o Murcia, tal y como subrayó el secretario provincial de UPA, Julián Martínez.
«Un riego de apoyo necesita, por término medio, unos 1.200 metros cúbicos de agua por hectárea -afirmó- pero, aguas abajo, lo normal son los 10.000 o los 20.000 metros cúbicos, no creo que estemos pidiendo la luna».
Martínez reveló que, precisamente, la explotación agraria de su familia se encuentra junto al río Mundo y casi al borde del trasvase «y, mientras trabajamos, vemos cómo baja un agua que a nosotros nos niegan».
Por su parte, el presidente de Asaja, José Pérez Cuenca, reveló que él mismo también pasa por una situación similar «pero con el Júcar, en mi caso, estoy a tres kilómetros de un río del que no puedo usar ni una gota».
La educación, para Pérez Cuenca, es simple: «ellos tienen derecho a crear riqueza con el agua, pero nosotros, también; ellos se han desarrollado gracias al agua, y nosotros tenemos el mismo derecho a hacerlo».
Fernando Ruiz, de COAG, señaló que «nosotros vamos más allá, ni siquiera les negamos el derecho a que hagan campos de golf y creen puestos de trabajo con ello, pero no a costa de los demás, hay que marcar prioridades y ceñirse a ellas, lo que no puede ser es que los últimos de la fila siempre seamos los mismos».