El Alto Segura no se encuentra en Guadalajara, sino en Albacete. Es un tercio de la provincia, pero no acaba de despegar porque le falta agua. Y uno de los que mejor lo sabe es Antonio Mompó, delegado de Agricultura que, hace casi 30 años, estaba en Yeste, intentando sacar adelante los primeros programas de desarrollo rural.
¿Qué peso tiene el Segura en los regadíos albaceteños?
Albacete se reparte entre cuatro cuencas hidrográficas. Las más importantes son el Júcar, con 100.000 hectáreas, y el Segura, que tiene 40.000, aunque hay muchas diferencias entre ambas zonas, según el cultivo o el tamaño de la explotación.
¿Por qué no tienen el peso económico de los del Júcar?
Por las hipotecas que pesan sobre el agua y su gestión. En Albacete tenemos grandes recursos hídricos y grandes obras hidráulicas sobre los que no tenemos ningún control. Hellín es, quizás, el mejor ejemplo, porque es una de las localidades con mayor densidad de obras hidráulicas del mundo. Obras sobre las que los hellineros no pueden decidir, en modo alguno. Y aunque Hellín es el caso más significativo, en la Sierra del Segura hay otros, como Yeste, Liétor o Socovos, que están en una situación parecida. Por ejemplo, llevamos mucho tiempo intentando sacar adelante unos regadíos sociales junto al Cenajo, y no hay forma, todo son trabas y, al mismo tiempo, en esa misma zona, hay pozos de sequía que se controlan desde Murcia.
¿Cómo romper esas hipotecas sobre el agua?
Pidiendo para nosotros lo que ya tiene Murcia, sólo eso.
¿Más agua?
Decir eso es muy simple. No pedimos agua porque sí, sino porque comarcas como la Sierra del Segura tienen el mismo derecho que las demás a desarrollarse, estén en Murcia o en Albacete. Nosotros no somos quien para decidir sobre las decisiones que otras regiones tomen sobre su futuro y la forma en que quieren crear riqueza y empleo. Pero, por la misma regla de tres, no queremos que nadie nos diga cómo podemos crear riqueza y empleo aquí.
Pero, mientras tanto, ¿qué ha hecho la administración regional por la comarca?
Entre 1996 y 2009, en Albacete, hemos modernizado unas 104.000 hectáreas. La inversión ha sido de 143 millones de euros, de los que 56 han sido ayudas públicas. Según nuestros cálculos, verificables y públicos, esto ha supuesto ahorrar 100 hectómetros cúbicos de agua al año. En cuanto a los regadíos sociales, se han llevado a cabo transformaciones en pueblos como Montealegre, Hellín, Tobarra, Fuenteálamo, Albatana y Férezy hay una en marcha en Socovos.
¿Algunos de esos municipios no forman de la Denominación de Origen Jumilla?
Yo no me fijaría sólo en el vino. Muchas transformaciones al regadío se han hecho en viñedos que, a su vez, forman parte de la DO Jumilla, pero también buena parte de nuestros melocotones y albaricoques van a la industria transformadora murciana. Y eso también sucede con otras producciones, hay más ejemplos, en los que se produce en Albacete y se transforma en Murcia. Esto muestra una gran inconsistencia en cierta clase de discursos que se hacen desde la región vecina, pues buena parte del beneficio de su industria agroalimentaria procede de nuestra región. Y nos muestra que el único camino posible para que la actividad agraria sea rentable es transformar y comercializar, creando valor añadido que se quede en Albacete como, precisamente, ya hacen los bodegueros albaceteños de la DO Jumilla, al igual que sus colegas murcianos, porque hay sitio y negocio para todos si se hacen bien las cosas.
¿Estaría usted dispuesto a dejar de cobrar por el agua que se trasvasa a Murcia, con tal de que se quede en la región?
Claro que sí, pero yo iría aún más allá y le recordaría al Gobierno del señor Valcárcel que Murcia paga por el agua que usa, pero Albacete también. A mí nunca me ha gustado que digan que tienen derecho al agua del trasvase porque la pagan. No sé qué insinúan con eso, ¿que a los regantes albaceteños les sale por la cara?