Un equipo de investigadores del Instituto para la Gestión Integrada de Zonas Costeras (IGIC) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y de las universidades de Lleida y del País Vasco ha llevado a cabo diferentes pruebas de campo para medir el «estado de salud» actual de la cuenca del Júcar.
Según un comunicado de la UPV, se «han tomado las primeras muestras para analizar los tipos de sedimentos de los ríos y los cambios que en ellos se producen».
El objetivo de este proyecto es describir y predecir las consecuencias del cambio global sobre la disponibilidad del agua, su calidad y los servicios ecosistémicos de las cuencas mediterráneas de la Península Ibérica, además de conocer su impacto en la sociedad y la economía.
Estos trabajos forman parte de un programa denominado SCARCE, coordinado por el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del Consejo Superior de Investigaciones Científica (IDAEA-CSIC) de Barcelona.
El estudio se ha centrado en las cuencas del Llobregat, Ebro, Guadalquivir y Júcar, y en él han participado 12 grupos científicos españoles con más de cien investigadores, entre ellos investigadores del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente (IIAMA) de la UPV.
«Intentaremos predecir el comportamiento futuro de los ríos de la cuenca, posibles cambios en su morfología y en su fauna acuática en un hipotético escenario futuro de escasez de agua», ha explicado el investigador del Instituto IGIC de la UPV, Francisco Martínez Capel.
Los expertos del Instituto para la Gestión Integrada de Zonas Costera de la UPV han establecido quince puntos de estudio en toda la cuenca del Júcar.
«Este río de gran valor natural será objeto de un estudio más detallado que comenzará a finales de este año, y servirá para aplicar técnicas más novedosas y distintos modelos para predecir como cambiarán nuestros ríos», han explicado las mismas fuentes. EFE