Recientemente hemos asistido al Debate sobre el Estado de la Región, y en el mismo hemos podido observar y comprobar dos visiones difícilmente reconciliables sobre Castilla-La Mancha. Una, la del presidente Barreda, presentada por una persona que conoce, trabaja, está comprometo y tiene proyectos de futuro para esta tierra (el mejor aval es que también es el artífice del desarrollo alcanzado por los castellano-manchegos). La otra visión corresponde a la jefa de la oposición, la Sra. Cospedal, que es siempre la misma: decir a todo que no, pintar la región con trazo grueso y pintura negra, fruto de su desconocimiento y falta de trabajo y compromiso con esta tierra, aunque en otros menesteres sí que parece estar ocupada.
En este repaso sobre el estado de la región se pusieron de manifiesto los grandes avances conseguidos por la sociedad de Castilla-La Mancha por parte del presidente Barreda en materia de sanidad, educación, estado de bienestar, infraestructuras y desarrollo económico, pero también presentó proyectos de futuro en distintos ámbitos de actuación, para continuar con el desarrollo regional y, por supuesto, en este sentido, el aspecto principal es el agua. El agua es elemento fundamental de desarrollo. Por ello, conseguir que por Ley queden garantizados los derechos de agua para nuestra región, es una posición realista y valiente, sobre todo para conseguir así de cara al futuro corregir el «destrozo» que la Sra. Cospedal le hizo a Castilla-La Mancha con su voto en contra al proyecto de Estatuto, donde claramente cedió a las presiones de otros territorios en contra de los intereses de Castilla-La Mancha.
De nuevo la sorpresa en las votaciones fue mayúscula, cuando la Sra. Cospedal y su grupo votan en contra de esta propuesta de Ley del Agua. Solamente hay que ver las reacciones de Murcia con respecto al anuncio de esta Ley para comprender la importancia que la misma tiene y, sobre todo, para comprender que nosotros tenemos el derecho al agua como cuenca cedente, y que debemos participar en las decisiones de los órganos de cuenca.
Igualmente, debemos participar en la planificar hidráulica y de sus obras, y que el agua del Tajo lo normal y lógico es que se tenga que regular en la cabecera, participando con la misma en el desarrollo de los pueblos de cabecera. A todo eso, con su posición, se opone la Sra Cospedal. ¿La política hidráulica no es política de Estado? Pues muy bien, que quede regulada en determinados aspectos por una Ley aprobada por el Parlamento Nacional.
Esta posición de la Sra. Cospedal no es de extrañar, porque si se analiza toda su andadura en Castilla-La Mancha desde que es responsable política del PP, ha sido muy sencilla: decir a todo que no y, además, boicotear todos los proyectos que significan desarrollo para Castilla-La Mancha, pensando que si estos van mal, a ella le irá bien electoralmente.
Que la ‘riqueza’ de sus ‘aportaciones’ o la propuesta más contundente de toda su intervención fuera la privatización de RTVCM (¿por qué no lo aplica ya allí donde gobierna el PP?) ya es preocupante e indica por dónde van sus pretensiones, a la vez que permite vislumbrar que sus proyectos de futuro tendrán como modelos a Madrid o Valencia, con una privatización creciente de la sanidad, la educación, los servicios sociales, etc., como así quedó recogido en algunas de sus manifestaciones.
En fin, creo que en estas dos visiones se puso de manifiesto que el presidente Barreda conoce la región, trabaja por ella y tiene un proyecto de futuro que obedece fundamentalmente al realismo de ese conocimiento. Hay que trabajar mucho, porque en nuestra andadura como comunidad autónoma nadie nos ha regalado nada. Ha sido el trabajo, el compromiso con esta tierra y la alianza con la sociedad lo que nos ha permitido alcanzar los logros conseguidos.
Por ello, en la otra visión, la que nos presenta la Sra. Cospedal, más que una oportunidad es un peligro porque pone en riesgo los logros alcanzados durante muchos años por los castellano-manchegos, unos logros que alguien le pueden parecer cortos, pero que han sido muchos y amplios; solamente hay que pensar de dónde veníamos y del abandono secular de esta tierra durante años hasta que pudimos decidir por nosotros mismos al tener autonomía y observar la sanidad que hoy disfrutamos, la educación, la atención a nuestros mayores, las infraestructuras, la universidad, nuestro medio rural, etc.
Estas son cosas muy serias y con ellas no se puede jugar.