El Consejo de Ministros de ayer iba a parir los planes de cuenca, entre ellos el del Júcar, o al menos eso era lo que se esperaban varios de los colectivos implicados. Y, al final, acabó pariendo un cambio técnico en el Reglamento de Planificación Hidrológica.
Esta decisión ha conseguido poner de acuerdo a regantes y ecologistas, dos colectivos que sostienen posturas opuestas en torno a la gestión y planificación del Júcar y que no dudaron en calificar lo ocurrido de «chapuza».
En el día de ayer, la prensa nacional anunciaba que el ejecutivo iba a dar luz verde al Real Decreto que regula la aprobación de los planes de cada cuenca hidrográfica, reservándose el derecho de aprobar la planificación o prorrogar planes existentes, si no hubiese consenso entre las partes.
De inmediato, la Junta, los regantes de la Mancha Oriental y los ecologistas pensaron en la cuenca del Júcar. Como es sabido, el proceso de revisión de dicho plan se encuentra atascado, a causa de una sentencia que se remonta a octubre de 2004.
Ese mes, el Tribunal Supremo sentenciaba que las cuencas internas de la Comunidad Valenciana debían salir del ámbito de la Cuenca del Júcar, conforme a los que dictan la propia Constitución y el propio Estatuto de Autonomía de la región vecina.
Desde entonces, el proceso de revisión del Plan Hidrológico de Cuenca del Júcar ha tropezado, una y otra vez, en un escollo, el de decidir qué es y qué no es parte del Júcar, hasta el punto de paralizar, en la práctica, su avance.
A principios de este mismo año, la Comisión Europea había dado un tirón de orejas al Gobierno español, ya que nuestro país es, de lejos, el que más retraso acumula en el proceso, contemplado dentro de la Directiva Marco del Agua.
MANTENER LO QUE HAY. Y, el pasado martes, secretario de Estado de Medio Rural y Agua, Josep Puxeu, afirmaba, desde Valencia y a preguntas de los medios sobre el Júcar que «vamos a ser prudentes y hacer un procedimiento lo más riguroso posible y en donde no haya posibilidad mantendremos planificación como la actual».
Así las cosas, en la mañana de ayer, el consejero de Presidencia de la Junta de Comunidades, Santiago Moreno, lanzaba un aviso para navegantes desde Albacete, al señalar que «hay que solucionar los problemas, no prorrogarlos».
«El Plan de Cuenca del Júcar lo que tiene que hacer es ajustarse a la legalidad y, por tanto, aprobarse ajustándose a la Ley y a las sentencias de los tribunales, entre las que figura la del Tribunal Constitucional», afirmó Moreno, que incidió en que lo que no tiene sentido es que se «dilate más en el tiempo una situación que es lesiva para los intereses de los castellano-manchegos».
En consecuencia, «lejos de prorrogarlo, lo que hay que hacer es acatar las sentencias y establecer un Plan de Cuenca que sea de verdad de la cuenca del Júcar y no de otros ríos que no tienen nada que ver con la Cuenca del Júcar».
TOQUE DE ATENCIÓN. Pocas horas después del toque de atención, llegó la decisión del Consejo de Ministros. Contra lo que se esperaba inicialmente, el ejecutivo se limitó a anunciar un cambio técnico en el Reglamento de Planificación Hidrológica, para que las Juntas de Gobierno de las Confederaciones, aprueben, si es necesario, el llamado Esquema de Temas Importantes.
Esta situación provocó una reacción escéptica por parte del presidente de la Junta Central de Regantes de la Mancha Oriental, Francisco Belmonte: «lo dije y lo repito, no creo que vayamos a tener Plan de Cuenca dentro de esta legislatura, esto es persistir en la enésima chapuza, hacer ver que hacen algo, ganas de liarla».
Belmonte subrayó que, hoy por hoy, su prioridad es la gestión, de un año «excepcional» para la cuenca en el que se ha demostrado «que es posible gestionar la cuenca del Júcar y que haya agua, incluso, para lo que no es Júcar; en estos momentos, me preocupa más que el río Lezuza se desborde a causa de las lluvias que un proceso que sólo saldrá adelante cuando el Gobierno se dedique a lo suyo, a gobernar en vez marear la perdiz».
En parecidos términos, aunque desde posiciones opuestas, se expresó Cipriano Escribano, de Ecologistas en Acción: «esto son ganas de ganeta; si no tienes consenso en el Júcar, decides, que para eso te han elegido, en vez de buscar atajos y salir con la última chapuza que, al final, sólo sirve para que el personal se mosquee».