El Nueva York de la Mancha cuenta, desde hace unos días, con una imagen particular de una de sus edificaciones más emblemáticas y de más altura: el depósito de agua de la Fiesta del Árbol. En las últimas semanas, esta construcción que nunca fue usada para el fin para el que se construyó hace ya más de un siglo se encuentra revestida de hierros y andamios, convirtiéndose en la particular Torre Eiffel de la capital.
No es sino una muestra de que las obras avanzan y de que este intento de depósito se habrá convertido, allá por los meses de marzo o abril del próximo año, en un excelente mirador que ofrecerá las mejores vistas a los turistas y visitantes que se acerquen hasta el lugar.
La Confederación Hidrográfica del Júcar es la que se encarga de la obra, de financiarla y de controlarla, un compromiso que su presidente, Juan José Moragues, adquirió con el Consistorio albaceteño y que implicará que asuman una inversión superior a los seis millones de euros, aunque inicialmente se pensaba que se superarían los ocho millones.
De hecho, fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar confirmaron a este diario que «las obras de recuperador del depósito y reconversión en mirador turístico marchan al ritmo previsto» y que no se han detectado «elementos» que indiquen que su finalización se vaya a retrasar más allá de la primavera de 2011. Esto es después de que inicialmente se estimara como posible fecha de finalización, e inauguración, la fecha de la Feria del III Centenario, algo que, al poco tiempo, se demostró como un plazo totalmente inviable e inalcanzable.
FOCO DE VISITANTES. La idea de la reconversión se planteó inmersa en el Plan de Dinamización Turística de la ciudad, como uno de los proyectos que podrían dar a la capital albaceteña un elemento más de atracción de visitantes. Así, además del mirador, con el ascensor que se va a habilitar, se ha pensado en un centro de recepción de visitantes y en un centro de interpretación del agua, donde quede patente la importancia que este elemento líquido ha tenido siempre en la historia de Albacete.
Según el proyecto adjudicado, en el depósito izquierdo se ha previsto un vestíbulo, punto de información y stands en la planta baja, y una sala de conferencias y despacho en la planta alta. En el depósito derecho, la idea es dedicarlo al agua y sus manifestaciones, por un lado, y a un recorrido por la historia de la ciudad, por otro, además de una sala de exposiciones en la planta alta.
La obra, con un plazo de ejecución de 14 meses, comenzó a principios de año, momento en el que recibió la visita de los responsables de la Confederación y del Consistorio. Una vez finalizada, dispondrá de una cafetería en la planta baja y de un elemento que , sin duda, se convertirá en una de las joyas del sector hostelero: un restaurante en la planta superior, desde donde se disfrutarán de las mejores vistas de la ciudad y de los alrededores; desde él también se podrá acceder al mirador.
Las obras del depósito del agua y del edificio anexo son la segunda parte de un ambicioso proyecto de remodelación de uno de los parques más añejos de la ciudad, la Fiesta del Árbol. El resultado de los primeros trabajos, en los que se mejoró el firme, los parterres, el drenaje, la iluminación, se recuperaron fuentes y se colocaron nuevas, se puede disfrutar desde el pasado mes de febrero.