La subida de las tarifas eléctricas no provocará sobrecostes de consideración en la factura energética de las explotaciones agrícolas y ganaderas ni de los regantes a corto plazo, según han explicado a Efeagro fuentes del sector, que puntualizan que será el consumo doméstico el gran perjudicado.
29/12/2010 (Noticia leida 116 veces)
EFE.- Concretamente, la tarifa eléctrica de último recurso (TUR) subirá una media del 9,8 por ciento a partir del 1 de enero, según aprobaba ayer el Gobierno, a través de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, en respuesta al aumento del coste de la energía.
El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, ha afirmado que a corto plazo las subidas de tarifas de electricidad «no afectará mucho» a este colectivo que cuenta con contratos firmados para varios años, por lo que no sufrirán alzas en todo caso hasta su renovación.
A pesar de todo, Del Campo ha lamentado que en España el coste energía es muy alto debido a factores como el precio del carbón, la deuda del Gobierno con las compañías eléctricas, o el «plus» para costear las energías renovables, lo que compromete la rentabilidad de algunas actividades.
En el caso de los agricultores, ha precisado que el 30 por ciento de los costes de producción del regadío se deben a la energía, lo que convierte a muchas de estas explotaciones en «insostenibles».
Ha recordado que los procesos de modernización recientes han supuesto pasar de sistemas de riego por superficie sin gastos energéticos a otros por aspersión o localizados con mayores costes eléctricos y de amortización de infraestructuras.
Ha afirmado que los regantes exigen desde mediados de 2008, cuando se suprimieron las tarifas especiales, medidas legislativas que permitan ahorrar costes, como la aplicación de un tipo de IVA reducido en el suministro eléctrico, similar al italiano.
En opinión de Fenacore, y tras cerca de tres años de «negociaciones baldías», los regantes vieron cómo en 2010 el Ejecutivo «rechazaba frontalmente» la puesta en marcha de esta medida, «que se presuponía como la más eficaz y fácil de llevar adelante».
En este contexto, ha exigido que se permita a los regantes contratar dos contratos al año con las compañías eléctricas (uno para el suministro básico y otro, para los meses de mayor consumo).
El objetivo -han matizado- es pagar únicamente por la potencia realmente utilizada en lugar de la contratada, un coste fijo que se ha incrementado en más de un 400 por ciento en los últimos tres años, según sus cálculos.
Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), han detallado que la subida afectará a los titulares que contratan menos de 10 kilowatios, que son básicamente propietarios de explotaciones agrícolas y ganaderas de pequeña dimensión que no tienen grandes consumos energéticos, por lo que las repercusiones no serán elevadas.
No obstante han precisado que, aunque no se hable de cuantías importantes, el encarecimiento de las tarifas siempre representa un revés para las pequeñas explotaciones agrarias y ganaderas.
Han detallado que los mayores perjuicios para el sector se arrastran desde hace unos seis meses cuando subieron los costes de tramos superiores de consumo energético, que afectan especialmente a las medianas y grandes explotaciones, mejor dimensionadas y de corte más empresarial.
Han recordado que el sector agrario pretende obtener del Gobierno una rebaja de estas últimas, en el contexto de las negociación sobre medidas de apoyo contra la crisis del campo (conocido como Plan de Choque), que se ha venido desarrollando desde finales de 2009.
Diferentes fuentes del sector agrario y de Cooperativas han coincido en descartar, por el momento, repercusiones negativas reseñables a raíz del incremento de las tarifa energética aprobado por el Gobierno, en principio.