El trasvase Júcar-Vinalopó ya es casi una realidad. De hecho, el agua empieza a acumularse en el embalse de San Diego, en Villena, al final de la conducción. Aunque el Gobierno confiaba en que entrase en funcionamiento a finales del año pasado, finalmente todo indica que será a lo largo de 2011 cuando la transferencia sea operativa. Al menos, sobre el papel, porque el trasvase no tiene aún ni un solo usuario.
El postrasvase —que ejecuta el Consell— estará terminado a finales de enero, según las previsiones del vicepresidente tercero, Juan Cotino. La puesta en servicio y mantenimiento de la tubería ya se adjudicó en marzo del pasado año, y el Gobierno ha empezado con las pruebas de llenado del embalse de San Diego, que debe acumular el caudal al que recurrirán los usuarios para el riego y el abastecimiento.
Sin embargo, la Junta Central de Usuarios del Vinalopó advierte de que el trasvase, tal como está concebido en la actualidad, es inservible. La escasa calidad del agua que está llegando al citado embalse desde la toma del trasvase, en el azud de la Marquesa (Cullera), la veta para la mayoría de cultivos del interior de Alicante y, sobre todo, para el abastecimiento urbano. Así, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no ha recibido aún una sola petición de caudal por parte de los presuntos beneficiarios de la infraestructura.
Ni rastro de la potabilizadora
La única fórmula para que el trasvase Júcar-Vinalopó resulte útil a los usuarios —agrupados en la Junta Central— y por tanto empiece a recibir peticiones de caudal es que se construya una potabilizadora. Largamente reclamada por los regantes y el Consell, la planta haría viable el uso del agua trasvasada para abastecimiento, y permitiría así reducir el precio del metro cúbico.
El secretario de Estado de Agua, Josep Puxeu, se comprometió con el fallecido conseller José Ramón García Antón a construir la citada planta, que sin embargo no aparece reflejada en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2011. Así, los regantes no conocen aún ni la calidad final del agua, ni su precio. El último contacto con el Gobierno se produjo el pasado mes de octubre, cuando se reunieron con la secretaria general de Agua, Marta Moré. De aquel encuentro salieron sin una sola certeza.
El Gobierno ha invertido 303 millones de euros en un trasvase que se ha terminado tres años después de lo previsto, y que hasta la fecha no cuenta con un solo usuario potencial que pague el coste de trasladar el agua del Júcar al Vinalopó.