El consejero de Agricultura presentó ayer el borrador con los «mínimos» que tendrá que contemplar la nueva Política Agraria Común a las organizaciones de la Comunidad
Javier D. Bazaga / Toledo
En el apartado presupuestario la voz es unánime, la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC) tendrá que venir con la «dotación presupuestaria suficiente». Así lo manifestó el propio consejero de Agricultura en la reunión celebrada ayer del Consejo Asesor Agrario, en el que se puso sobre la mesa el documento base que, a modo de ‘cláusula suelo’, no permitirá hacer ninguna cesión en la negociación de la PAC a partir de 2013.
Precisamente es la asignación presupuestaria la que hilvana todas las reivindicaciones que serán cosidas más tarde de manera definitiva. Es en la «suficiencia» de esa asignación lo que mantiene unidos a Gobierno y organizaciones agrarias, si bien se tendrá que contar con que la aportación actual queda lejos de cumplir con las expectativas de los agricultores.
Ya la organización Asaja demandó en diciembre de 2010 el incremento en un 9 por ciento de esa cifra y la situaba en los mil millones de euros. Para el consejero Martínez Guijarro, dependerá de lo «ambiciosos que seamos».
En tres ejes
El borrador que se mostró ayer a los representantes del campo desglosa esa «base» de negociación en tres grandes ejes que organizan las aspiraciones regionales.
En primer lugar encontramos los pagos directos al agricultor en el que se tendrá en cuenta no ya al agricultor activo, sino a la «agricultura activa» como señaló Guijarro, además de reconocer las ayudas agroambientales.
En el segundo eje se encuentran las medidas de mercado, entre las que destacan todas aquellas actividades encaminadas a acabar con la competencia desleal y la exigencia a terceros productores los mismos requisitos de calidad e higiene en el proceso productivo que se les exige a los países de la Unión Europea (UE).
En el tercero de los bloques se encuentran las acciones para el desarrollo rural de manera que se protejan los espacios sensibles y se apueste por el mantenimiento de la población en las zonas rurales.
Con estas premisas, que cuentan con la aprobación de las organizaciones agrarias ya que recoge buena parte de sus reivindicaciones, Castilla-La Mancha acudirá a las negociaciones en Bruselas con una hoja de ruta clara en la que se plasmarán, de la manera más real y consensuada posible, las aspiraciones regionales en cuanto a la actividad en el campo. Al final el objetivo no es otro que garantizar el abastecimiento de los mercados de la UE y garantizar también la rentabilidad del sector en toda la Comunidad autónoma.