El consejero de Presidencia le recuerda que hay conflictos con Murcia por el trasvase. De hecho, la región vecina anuncia que recurrirá el esquema del nuevo plan de cuenca del Tajo
L.G.E. / Toledo
Aunque sean del mismo partido, el Gobierno socialista de Castilla-La Mancha no coincide del todo con las últimas declaraciones que ha hecho el secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, que defendió la política de agua de Zapatero para evitar peleas entre comunidades. Y es que Iglesias, que sigue siendo presidente de Aragón, puede estar contento porque Zapatero derogó el trasvase del Ebro y en su Comunidad consiguieron sacar un Estatuto que recoge una reserva estratégica.
En Castilla-La Mancha ni una cosa ni la otra. «Aquí el tema del agua no está pacífico», recalcó el consejero de Presidencia. «Hay confrontación con comunidades que quieren que se mantenga un trasvase para usos como campos de golf o la proliferación de desarrollos urbanísticos», señaló Santiago Moreno. El consejero también recordó que el Estatuto no tuvo un final feliz. «Cospedal al principio apoyó las propuestas, entre medias fue nombrada secretaria general del PP y traicionó ese compromiso en el Congreso de los Diputados», recriminó.
Como muestra de la situación conflictiva en la zona, el Gobierno de Murcia ya ha anunciado que recurrirá por la vía administrativa el esquema de temas importantes del nuevo plan de cuenca del Tajo. La región vecina reclama poder participar en este proceso, del que fue expulsada. Los murcianos dicen que aunque no forman parte de la cuenca, sí que son usuarios.