En la entrevista concedida a ABC, el consejero de Ordenación del Territorio y Vivienda, Julián Sánchez Pingarrón, analiza la situación de la región en materia de agua. Con la noticia fresca de la toma en consideración —el pasado jueves— en las Cortes Regionales de la Ley de Agua para su tramitación en el Congreso de los Diputados, asegura que las reivindicaciones del Gobierno regional son razonables. «Cualquiera que estudie esta ley dice que es una posición razonable, son cosas de sentido común».
—¿Qué futuro augura a esta Ley del Agua cuando vaya al Congreso?
—El objetivo es aprobarla en las Cortes y después remitirla al Congreso. Buena parte de los artículos ya habían pasado por la ponencia constitucional y tenían el visto bueno; en este caso, no sé que hará el PP. No se puede dejar de insistir, de trabajar. La defensa de la reforma del Estatuto hizo que calara en Madrid el discurso de la defensa del agua en Castilla-La Mancha, y eso fue ya un éxito. Sólo con que cale ese discurso conseguiríamos un avance importante.
—¿La mayoría socialista en el Congreso tiene claro ese discurso?
—Dentro de la tramitación se fueron negociando asuntos, se hicieron ajustes y el Grupo Socialista en su momento votó a favor. Quien lo hizo en contra fue el Partido Popular. Antes tendrá que pasar en las Cortes Regionales por un periodo de enmiendas y el calendario permite que en marzo aún puedan celebrarse plenos y poder aprobarse definitivante.
—Una de las premisas de la Ley del Agua es que todas las obras que gestiona el Ministerio de Medio Ambiente se transfieran a la Comunidad Autónoma. ¿Puede asumir la región estas competencias?
—Es normal. Cuando se produjo el proceso de transferencia de competencias a la comunidad autónoma, todas las obras que estaban en curso se transfirieron, por supuesto, también la financiación para terminarlas. En la Ley pedimos que se produzca un nuevo traspaso. Todo el conjunto de obras que luego gestionaremos. Por ejemplo, la Tubería Manchega. La acabe el Ministerio o la Junta, está firmado que nos tienen que «dar las llaves» y pasará a ser gestionada por la Agencia del Agua, que para eso la hemos constituido. ¿Por qué lo pedimos?, porque estamos más cerca de las obras, más pendientes. El Ministerio tiene obras en toda España. A una obra como la Tubería Manchega dedicaríamos todos los esfuerzos, todos nuestros equipos de ingeniería estarían pendientes de que se cumplieran los plazos. No digo que el Ministerio lo haga mal, pero nosotros estaríamos más atentos.
—¿Significa eso que la coordinación es difícil con el Ministerio?
—Hay una Comisión de seguimiento de esta infraestructura y nos reunimos periódicamente, pero son distintas perspectivas.
—Los presidentes de Murcia y Valencia han vuelto a reivindicar estar en la cuenca del Tajo. ¿Qué le parece?
—Es tremendo. «Somos usuarios, luego tenemos derecho a decidir». Es algo indignante e intolerable que responsables públicos que no tienen nada que ver con la cuenca del Tajo, excepto un acueducto que están utilizando indebidamente y sin justificar los usos, quieran decidir su planificación. Su objetivo es que el Tajo se regule en Murcia, y eso es lo que tenemos que evitar.
—¿Cree que veremos el río Tajo alguna vez limpio?
—No solo lo creo, sino que trabajo intensamente para conseguirlo. El problema del río Tajo es que lo que entra cuando llega a Castilla-la Mancha es el agua de sus afluentes, que provienen de Madrid, porque los pantanos de cabecera no sueltan el agua suficiente para que, combinada con el que proviene de las depuradoras, conviertan el Tajo en un río limpio. De ahí que la principal petición de la Ley del Agua, que defendía el presidente Barreda y que queremos tramitar, es que se garantice un caudal ecológico. En estos momentos, a estas horas, está pasando más agua por el trasvase que por el río. Es inadmisible.
—Desde Madrid se amenaza con vertidos de otros ríos.
—A todos nos causa indignación que se quiera resolver el caudal ecológico poniendo una tubería que coja agua del Jarama y el Manzanares y se lance por encima de Aranjuez. El caudal a su paso por Aranjuez crecería pero sería con el agua depurada. No se puede hablar de esas cuestiones en la región si antes no se resuelve lo del trasvase. Es intolerable que se quiera hablar de esta alternativa, cuando la solución está dicha y vista. Y es soltar más agua en la cabecera para que entre agua limpia. Los abogados de la Junta ya están preparando todas las alegaciones a ese plan nacional de reutilización de las aguas que, en el caso del Tajo, no puede funcionar si no se resuelve antes el problema de la cabecera.