La Confederación Hidrográfica del Júcar clausuró ayer los actos conmemorativos del 75 aniversario de su constitución con una conferencia del naturalista y divulgador Joaquín Araújo sobre “El agua y el río Júcar en Cuenca”, celebrada en el Centro de Interpretación de la Naturaleza Ars Natura.
El acto estuvo presidido por el Comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Júcar, Manuel Alcalde, ya que el presidente de la CHJ, Juan José Moragues, se encontraba indispuesto. “Al principio el río era algo que se utilizaba para producir electricidad, para regar y ahora creo que se valora de otra forma, el río forma parte de nuestra vida y tenemos la obligación de conservarlo. Ya no es algo que tenemos que exprimir si no algo con lo que tenemos que convivir, cuidar y conservar para nuestros sucesores”, señaló Alcalde.Un río pedagógico Araújo apostó por desarrollar en su intervención el sentido “docto del río Júcar. “Estamos acostumbrados al despilfarrro y no a la austeridad que dictan los tiempos y el Júcar es un magnífico ejemplo de cómo conseguir muchas cosas con poco, tiene incluso valor pedagógico. El agua es muy sabia pero cuando se comporta con una arritmia tan notable como sucede en el Júcar es todavía más pedagógica y eso hay que interiorizarlo, convertirlo en conocimiento y en referente”, remarcó. Con esta conferencia se pone fina a la clausura de la exposición Hidrografías que desde el 16 de febrero ha estado expuesta en Ars Natura. Una muestra en imagen de las actuaciones realizadas sobrel río Júcar.Vivir de espaldas o mirando al Júcar“Cada vez nos asomamos más a las realidades naturales que nos hacen posibles”, recalcó Araújo que lamentó que durante muchos años y en muchas ciudades se haya vivido de espaldas a los ríos. “Poco a poco los conquenses se tienen que dar cuenta de que el propio sentido de la ciudad está muy vinculado al río”, comentó el naturalista que consideró que la búsqueda de la identidad personal y de pertenencia a la comunidad está muy ligado a las formaciones naturales. “No nos podemos quedar con esa insultante forma de ver el agua solamente como recurso si no como la fertilidad de todas las actividades humanas”, señaló. Para Araújo las confederaciones “se acercan mucho al desideratum que plantea el pensamiento ecológico y una confederación siempre intenta ligar el nacimiento con la desembocadura”.