Tanto a partir del agua, la tierra o el viento, lo que permitiría aprovechar recursos naturales existentes y contar con una mayor dotación de energía. Para ello, apuestan, entre otros, por los mini-parques eólicos o por aprovechar la fuerza del agua.
Madrid – Agrocope
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) ha urgido al Ministerio de Industria a que agilice los trámites burocráticos necesarios para que los agricultores puedan sumarse a la producción de energías renovables, contribuyendo así a paliar el déficit histórico de energía eléctrica que padece España y cuya dependencia del exterior se ha evidenciado en estas últimas semanas a raíz de las revueltas acontecidas en el mundo árabe.
De esta forma, los regantes reivindican su papel como productores de electricidad a partir del agua, la tierra o el viento, lo que permitiría aprovechar recursos naturales ya existentes y contar con una mayor dotación de energía que haga posible dar respuesta a las distintas necesidades de abastecimiento de nuestro país.
En primer lugar, FENACORE propone la adjudicación de «mini-parques eólicos» a aquellas comunidades de regantes que presenten un consumo significativo de energía eléctrica; plantean aprovechar la fuerza del agua que cae de los desniveles de las acequias para generar electricidad; o desviar parte del caudal del río mediante una presa (azud) y utilizar la presión de la caída del agua para la creación de energía.
La energía procedente de la luz solar es otra de las vías que los regantes consideran necesario «explotar» en mayor medida. Así apuestan por aprovechar los terrenos no cultivados propiedad de las comunidades de regantes localizados junto a las balsas o canales- para la ubicación de placas fotovoltaicas, conformando «plantaciones» solares. Además, están dispuestos a ceder parte de sus derechos de uso del agua tal y como contempla el artículo 67 de la Ley de Aguas- a las sociedades interesadas en poner en marcha plantas de energía termosolar, lo cual sería especialmente idóneo en comunidades como Andalucía, Aragón, Extremadura y Castilla-La Mancha por la amplia extensión de sus terrenos.