A la OCDE no se le escapa que la desalación es una de las apuestas del actual Gobierno español para conseguir más recursos de agua, con iniciativas como la construcción de la planta más grande de Europa en Murcia. Aunque el informe reconoce que la posición de España permite sacar ventaja de este proceso, también advierte de sus riesgos. Por un lado recuerda que el agua desalada se suministra de forma subvencionada a la agricultura. Teniendo en cuenta el precio que alcanza, la OCDE alerta del peligro de convertirse en un sistema ineficiente y que genere costes extra a las finanzas públicas. El informe señala que también podría limitar su desarrollo el uso intensivo de energía que se consume en el proceso y los perjuicios medioambientales que generan sus residuos.
Según los expertos el reciclado de agua puede tener un futuro más prometedor que el de la desalación. Aun así, el coste de este proceso también puede suponer un obstáculo.
Algunas claves que deja del informe
El cuarto país con más pantanos. Sólo Estados Unidos, India y China ganan a España en número de presas.
El 70% del país tiene un clima semiárido. Además de los ciclos de sequía, la OCDE añade que la situación de los sistemas montañosos cerca de las costas acentúa la distribución desigual del agua en España.
Llueve menos que ayer y más que mañana. El descenso de precipitaciones en la segunda mitad del siglo XX fue del 5,5% en España y del 10% en las cuencas del sur. Hasta 2060 se prevé una reducción del 22 al 34% en esta zona.
El 72% de agua al regadío. La agricultura se lleva el 58% del agua que se extrae en España y el 72% si sólo se cuenta la que va a consumo. Este porcentaje es uno de los mayores de la OCDE, sólo por detrás de Grecia, Turquía y Australia.
Regar multiplica por 6 los ingresos. Quizá es el motivo de que la superficie de regadío siga creciendo en el siglo XXI. De 2003 a 2009 subió un 4,8%.
Sube el precio del agua. Entre 2001 y 2009 ha crecido un 12%.
El 87% de los humedales sin proteger. El informe pone en valor su importancia para la biodiversidad y no oculta los riesgos en zonas emblemáticas como Las Tablas.