La presidenta del Partido Popular en Castilla-La Mancha y candidata a la presidencia regional, María Dolores de Cospedal, señaló ayer que le gustaría seguir siendo secretaria general del PP y presidenta de los castellano-manchegos,ya que esta doble condición le permitirá gestionar «mucho mejor» la política hidráulica de lo que el PSOE lo ha hecho hasta ahora, «que lleva treinta años gobernando y no ha hecho nada».
Murcia-Asimismo, señaló que en el caso de que estuviese al frente de ambos cargos, el tema del agua no le va a generar ningún enfrentamiento con la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana.
«Me lo va a permitir porque afortunadamente si el PP gana las elecciones generales, que va a ganar, tendremos otra vez un plan nacional de agua, actualizado al día de hoy, que garantice el agua a España y a Castilla-La Mancha», remarcó Cospedal, a lo que añadió que «como ha dicho Mariano Rajoy, la política hídrica será nacional y no de enfrentamiento entre las comunidades, puesto que «se pueden defender los intereses de Castilla-La Mancha defendiendo los intereses de todos los españoles».
Por su parte, el vicepresidente tercero y consejero de Agua de la Comunidad Valenciana, Juan Cotino, insistió ayer en que «la solución a la problemática en los regadíos de Castilla-La Mancha y de toda España, provocada por el desgobierno Zapatero, pasa por la elaboración de un plan hidrológico nacional que soluciones los enfrentamientos entre las diferentes comunidades autónomas que ha provocado el Gobierno central». A su juicio, la «despolítica» del ejecutivo de José Rodríguez Zapatero en materia hídrica «comenzó con la derogación del trasvase del Ebro, siguió con la modificación del Júcar-Vinalopó y del Tajo-Segura».