El consejero de Agricultura y Agua de la Región de Murcia, Antonio Cerdá, reconoció ayer que su Gobierno «no puede hacer nada» contra la Ley del Agua manchega porque, según dijo, es una ley «que han aprobado las Cortes regionales de Castilla-La Mancha», aunque especificó que estas Cortes «son soberanas para hacer las tonterías que quieran».
Cerdá quiso dejar claro que esta Ley se aprobó sólo con el voto mayoritario del Partido Socialista porque su grupo en Castilla-La Mancha «salió de la votación» para evitar pronunciares sobre una ley que consideró «un esperpento más del presidente manchego, José María Barreda, para intentar tapar los problemas internos que tiene, llámese Aeropuerto de Ciudad Real, Caja de Castilla-La Mancha u otros que saldrán también», añadió.
El político murciano recordó las palabras de Barreda cuando destacó que si tocaban algún punto del Estatuto lo retiraba del Congreso, «pues le han tocado todo el Estatuto y él sigue dando el follón con el tema del agua». Para Cerdá, Barreda «tiene algún tipo de paranoia hídrica obsesiva y patológica».