La Confederación Hidrográfica del Júcar tendrá que desembalsar en los próximos cuatro meses unos 150 hm3 del pantano de Tous por motivos de seguridad para prevenir las riadas del otoño. La ley le obliga a dejar el embalse en 80 hm3 y en estos momentos el embalse está ya prácticamente lleno. La mayor parte del caudal acabará en el mar como ya sucedió en 2010 en el que se fueron por el Júcar hasta la Albufera de Valencia y después al Mediterráneo otros 170 hm3 , ya que ya estaban satisfechas todas las necesidades de los regantes del Júcar y del agua potable de Valencia.
Aprovechando la realidad y con el trasvase Júcar-Vinalopó empantanado por las diferencias entre el Ministerio y los regantes sobre el precio y la calidad del agua, la Junta Central de Usuarios va a reclamar al Ministerio que se aprovechen estas aguas con la construcción de la segunda toma aguas abajo del Júcar en el Azud de Antella.
Una opción que, según explicaron ayer desde la Junta Central, no perjudicaría a ningún usuario del Júcar. Tampoco habría que realizar tratamientos para potabilizar el caudal con lo que se eliminaría la obligación de construir una potabilizadora. Infraestructura que tiene un coste de 30 millones de euros (el ajuste presupuestario del Gobierno central la ha dejado en el cajón) y que tampoco despierta demasiados adeptos en la Junta Central. Sobre todo por el rechazo psicológico a beber el agua de Cullera, que llegará al Vinalopó después de haber recibido el impacto de los retornos de riego agrícola de la Ribera y de las depuradoras que vierten al cauce agua residual depurada (40 hm3 al año).
En este sentido el catedrático de Geografía Regional de la Universidad de Alicante, Antonio Rico, apuntó ayer que «lo de la toma del Azud de la Marquesa y que se quiera que Alicante beba agua de las depuradoras de Valencia es una indignidad que la provincia no puede consentir. El Ministerio todavía se ha dado cuenta de que el agua que nos quiere enviar tiene hasta coliformes fecales».
El embalse de Tous es de los denominados de laminación (prevención de riadas) por lo que durante el otoño, cuando la Comunidad Valenciana entra en riesgo de gota fría, la ley obliga a que el caudal embalsado no supere los 80 hm3. El hecho de que hoy almacene 170 hm3 es producto de ya están satisfechas todas las necesidades de los usuarios de Júcar. «De ahí que no es una propuesta descabellada que ese caudal se derive al Vinalopó», subrayó Andrés Martínez, presidente de la Junta Central del Júcar-Vinalopó.
La Junta Central de Usuarios replicó ayer a Acuajúcar con un informe del Instituto de Geografía de la UA, que certifica, con datos del propio Ministerio de Medio Ambiente, que el agua del Júcar que se bombeará a la provincia presenta coliformes y, en concreto, 150 hm3 de caudal que llega al Azud de la Marquesa está compuesto por el agua residual depurada de 45 plantas y por retornos de riego con pesticidas. La Junta acusa a Acuajúcar de mentir al señalar que los agricultores de Valencia utilizan ese agua.