Según el Ministerio de Medio Ambiente la superficie que la Región destinará a esta cosecha superará el millón trescientas mil hectáreas, aunque todo depende de la climatología
Los agricultores estiman que este año la campaña del cereal será mucho más favorable, aunque no dejan de tocar madera y mirar al cielo por aquello de las lluvias de junio pues, como ya se sabe, «a buen San Juan, quita vino y no da pan». Para Castilla-La Mancha se espera una producción en esta campaña del cereal de casi 3.500.000 millones de toneladas, lo que supone una remontada del 30% con respecto al desencanto vivido el pasado año (2,7 millones) en el que las heladas provocaron un descenso en la cosecha y pérdidas irreparables.
En un avance realizado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino en febrero de 2011 se establece que en la Región habrá una superficie total dedicada al cereal de 1.308.460 hectáreas, la producción en toneladas superará en 68.000 los tres millones teniendo en cuenta el trigo, la cebada, la avena, el centeno y el triticale. Para el secretario regional de Asaja, José María Fresneda, esto se traduce en «una buena cosecha producida gracias a la buena climatología de la primavera, que ha logrado que se recuperen prácticamente los daños de las heladas del invierno, aunque hay que destacar que el trigo, al ser más tardío, no le afectó tanto el frío del invierno». El incremento esperado con respecto a la campaña anterior supera el 10 por ciento.
Desde Coag Iniciativa Rural y desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Castilla-la Mancha (UPA) creen que las lluvias han favorecido, «porque el grano a medio formarse por exceso de calor y falta de humedad se seca y no termina de hacerse y dada la grosura del grano significa menor peso específico y menos rendimientos en cosecha y en la calidad del grano», comenta Alberto Gómez, secretario de Acción Sindical de UPA. Nuria Villanueva, técnico sectorial de Cooperativas Agroalimentarias, afirma que hay que ser cautos porque «los datos de hoy o mañana pueden cambiar, aunque se espera un aumento significativo en producción de más de medio millón».
El miedo que acecha a los agricultores continúa siendo la incertidumbre por los costes ocasionados por el incremento en la producción, principalmente en el gasoil y en los fertilizantes. Unos factores a los que algunas organizaciones suman la volatilidad del mercado, que hace que sea necesario buscar un equilibrio.
por provincias. Del balance por provincias habría que destacar la siembra de cártamo en Guadalajara como cultivo alternativo. En Albacete, tendrá mayor peso la cebada que aumentará su producción en un 20%. En Ciudad Real la recogida será mayor por un aumento propiciado por el incremento de superficies destinadas al cultivo del cereal y las lluvias. En Cuenca se desarrollará bien el trigo y de la provincia de Toledo se recogen datos más negativos derivados de las pérdidas ocasionadas por las tormentas de granizo, la previsión habla de 500.000 toneladas recogidas, similar a 2010.
Los precios siguen a expensas del mercado internacional
Sobre los precios en el mercado los agricultores se muestran prudentes y no avanzan cifras, ya que son conscientes de que viven a expensas de lo que dictamine el mercado internacional. Desde Asaja consideran que «si hacemos las cosas bien, nos tendrá que ir medianamente regular», aunque saben que la situación es convulsa, ya que los fondos económicos de países como China o Rusia se acercan a los productores a través de sus organizaciones y evitan los movimientos especulativos.
Para el secretario regional de Asaja, José María Fresneda, la clave está en manejar la información del mercado internacional. «Las condiciones del mercado no te las va a dar un operador de una comarca, te las da una lonja de Amsterdam… distintas lonjas y sobre todo, el mercado internacional», asegura Fresneda. Para la campaña del cereal de este año los precios se prevén buenos, aunque dependerá de la producción de Europa y de las importaciones de esos Terceros Países, por el momento, lo que se conoce y espera es que la producción de Francia sea baja.
En definitiva, los agricultores consideran que sus organizaciones tienen en estos momentos un papel muy relevante y que para avanzar, todos deben caminar en la misma dirección. Además, son conscientes de que los precios dependen de múltiples factores, pero no esperan que en las próximas semanas haya variaciones ni al alza ni a la baja.